Comunidades Resilientes

Hace tiempo leí la historia de un judio (no recuerdo la fuente, lo siento) quien contaba que para sobrevivir a una persecución nazi lo más importante es la cantidad de gente que conoces quienes te esconderían en su casa en los momentos de tribulación.

Juantomás, a quien posiblemente le he escuchado en la última década más ideas visionarias por minuto que a ninguna otra persona que conozco, me comentó hace un par de semanas sobre el blog de John Robb acerca de Comunidades Resilientes, un nuevo instrumento de organización social que necesitamos para protegernos de los tsunamis económicos y sociales que causa la globalización.

Es ahora cierto lo que afirma el Efecto Mariposa de la Teoría del Caos acerca de que el aleteo de una mariposa en Londres puede desatar una tormenta en Hong Kong.

Cada vez más todo está conectado con todo, lo cual produce un sistema que es como un arco romano, muy sólido para soportar cargas, excepto por el hecho de que si quitas cualquiera de sus piezas, la que sea, entonces se desploma el arco entero.

Una forma de protegerse frente al efecto de caída en cadena de fichas de dominó que puede provocar la globalización es crear estructuras sociales fractales donde subconjuntos de la población imitan la organización de la totalidad pero de forma independiente y autosuficiente. Esto se puede hacer tanto para organizaciones ciudadanas como en forma de departamentos resilientes dentro de las empresas capaces de seguir operando una línea de negocio de forma autónoma en medio de una tormenta.

La fractalidad social introduce obviamente redundancia de funciones duplicadas en varios sitos a la vez. Lo cual, a priori, podría parecer ineficiente pero de hecho no lo es si la comunicación peer-to-peer entre comunidades resilientes funciona bien. Así es como funcionan los sistemas informáticos más fiables y avanzados, como conjuntos de partes iguales o muy parecidas organizadas de tal manera que si una de las partes cae las otras asumen inmediatamente su función y todo sigue globalmente funcionando con normalidad.

Los rasgos que caracterizan a una comunidad resiliente son más o menos los siguientes:

1º) La información y los recursos fluyen sin trabas entre los miembros de la comunidad desde donde se encuentran los activos hasta donde pueden ser aprovechados con la mayor eficiencia. Los miembros de una comunidad resiliente se sienten cuidados, reconocidos y desean activamente tener la oportunidad de devolver esos cuidados a la comunidad en conjunto y a algunos otros miembros en particular. Hay una elección de nombre de producto que me encanta: Ubuntu. Un concepto africano tradicional cuya traducción favorita es para mi «Yo soy porque nosotros somos».

2º) La comunidad se prepara activamente para absorber el impacto de cambios económicos, sociales y ambientales. Esto lo hace creando redes de acceso a una vasta cantidad de recursos procedentes de fuentes heterogéneas. Cualquiera que sea el problema debe de ser posible encontrar una solución dentro de la comunidad.

3º) La comunidad puede operar con regulaciones internas diferentes de las normas globales que rigen su medio externo. Estas regulaciones internas, además, deben ser flexibles y adaptables a cambios en el entorno.

4º) La comunidad trata de crear mecanismos para evitar la pobreza o la riqueza extrema en su seno.

5º) La meritocracia debe ser el sistema principal de promoción dentro de la comunidad. Si un líder cae debe haber otros líderes capaces de ocupar su puesto para seguir adelante.

6º) La sostenibilidad a largo plazo es un requisito previo imprescindible antes de acometer ninguna acción estratégica de transformación.

7º) Se da por sentado que: a) los sistemas evolucionan alternando fases de equilibrio con revoluciones b) en general, los cambios no son graduales, c) no siempre se evoluciona favorablemente de menos a más.

8º) Como corolario de lo anterior, la comunidad entiende que debe contar con planes de contingencia frente a catástrofes que expliquen cómo continuarán sobreviviendo los miembros con una cantidad mermada de recursos.

En conclusión: si quieres sobrevivir a la globalización debes unirte a una comunidad resiliente. Si no la tienes, ya estás tardando en buscarte una. O no conocerás a nadie de confianza que te esconda en su casa cuando vengan a por ti los nazis.

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