Mitos y realidades sobre el trabajo desde casa

Voy a empezar el artículo con cuatro ventajas evidentes de trabajar desde casa:

  1. Se pierde menos tiempo yendo y viniendo del trabajo.
  2. Se emite menos CO₂ cómo consecuencia de lo anterior.
  3. Se ahorra dinero en transporte.
  4. Se reduce el nivel de stress.

Y hasta ahí. Con esa lista tan corta se terminan las ventajas de trabajar desde casa. El resto son no pocas desventajas, principalmente para el trabajador. En este artículo explico por qué. Hay muchas estadísticas y estudios sobre teletrabajo. A menudo con resultados contradictorios. Yo voy a ceñirme a lo que es mi experiencia personal, que puede representar, o no, la realidad en otras empresas. Es decir, lo que sigue es bastante opinable.

El teletrabajo no es nada nuevo. La empresas de software y tecnología llevan muchos años poniéndolo en práctica. IBM fue pionera poniendo terminales en casa de algunos empleados en los años 80 y en 2009 tanto cómo el 40% de sus empleados trabajaban desde casa. Esto, según IBM, les ahorraba 7.250.000 m² de oficina y 100 millones de dólares al año. Y, sin embargo, en 2017 IBM empezó a obligar a miles de trabajadores a volver a la oficina.

En 2013 Marissa Mayer llevó las cosas un poco más lejos prohibiendo a los empleados de Yahoo! trabajar desde casa, y luego ordenó construir una guardería en su oficina cuando ella misma tuvo su bebé. Bueno, a decir verdad, Mayer hizo muchos despropósitos en Yahoo!, y no mucha gente tiene un sueldo de 23 millones al año, cómo era el suyo, para poder permitirse una guardería privada en el despacho.

Herramientas

No es buena idea enviar a los trabajadores a casa sin haber establecido previamente al menos tres cosas:

  1. Las herramientas adecuadas.
  2. Los protocolos para usar las herramientas.
  3. La cultura personal y organizativa.

No basta con tener Outlook, Teams, Confluence, JIRA, Trello o alguna de las múltiples otras herramientas de teletrabajo colaborativo. Además, hay que saber usarlas correctamente. El “mail hell” ya es un problema histórico en las empresas que el teletrabajo sólo puede empeorar.

Hay que definir claramente cuando es indicado enviar un correo electrónico, empezar un chat u organizar una teleconferencia. Y también hay que modificar los flujos de trabajo teniendo en cuenta que los trabajadores están en remoto.

No funciona que cada cual trabaje a las horas que le dé la gana. El trabajo en las empresas cada día está más planificado para que los entregables lleguen con la precisión de un reloj suizo. Los gerentes necesitan saber cuándo estarán terminadas las cosas para poder coordinar a los equipos, y eso es difícil de conseguir si alguien trabaja de once de la mañana a tres de la madrugada con tres horas libres entre medio para comer.

Entorno

Otro factor además de las herramientas es la ergonomía, por ejemplo, he aquí dos fotos de mi escritorio en la oficina y mi escritorio en casa (compartido).

Oficina Casa
Home Desktop

Con frecuencia, los puestos de trabajo improvisados en los hogares carecen de la ergonomía adecuada. Bastante gente trabaja en la cocina, con un portátil pequeño y una silla inapropiada para estar largas horas sentado en ella.

Las casas son lugares mucho más ruidosos que las oficinas. Y, sinceramente, es un fastidio hacer una videoconferencia con alguien que tiene un niño berreando en el salón o un vecino de obras, por mucho que esa persona intente silenciar su micrófono.

Cultura Empresarial y Personal

Además de las herramientas, y más importante, es la cultura personal y organizativa. Trabajar desde casa requiere más disciplina personal. O, en ausencia de ella, más control organizativo. Queda mal afirmar que es necesario controlar más a la gente cuando trabaja desde casa, pero es la realidad. La razón principal es que en casa es más fácil distraerse. Porque llega un paquete postal, porque el niño interrumpe, porque llama la abuela, porque de repente nos apetece un helado, etc. Entonces en casa se precisan más medidas para mantener el foco de atención que en el trabajo. No quiero sugerir que haya que implantar sistemas de televigilancia. Lo que digo es que si el principio fundamental para sacar trabajo adelante es trabajar sólo en una cosa a la vez y no ponerse con ninguna otra hasta terminarla, eso es mucho más difícil de lograr trabajando desde casa.

Yo me he encontrado gente “trabajando desde casa” un viernes a las 11:00 a.m. en el supermercado. Me he encontrado gente “trabajando” desde la piscina. Me he encontrado gente trabajando desde la cocina mientras hacían una tarta. Eso no es teletrabajar, es cobrarle a la empresa lo que te ha costado hacer una tarta. Enhorabuena a todas las personas responsables que cuando trabajan desde casa, TRABAJAN, pero, lo siento, no todo el mundo es así.

La mejor solución para evitar las distracciones es una cultura de rutina grupal. Los psicólogos saben, y está más que demostrado, que los individuos tienen tendencia a hacer lo mismo que está haciendo el grupo que les rodea. Es decir, si todos en el grupo están enfocados trabajando, y el individuo lo sabe, entonces éste se sentirá obligado a hacer lo mismo sin necesidad de ninguna herramienta de control de métodos y tiempos.

Respecto de los ejecutivos, el descontrol puede ser aún peor. En casi todas las empresas existe una falta de demanda de responsabilidad a los ejecutivos. Los jefes pueden pedir responsabilidades a los empleados por su actitud, pero no al revés. Los ejecutivos suelen estar bajo gran stress y recibir muchas presiones desde diferentes frentes, pero si ya son difíciles de controlar ahora, cuando ni siquiera vayan a la oficina será prácticamente imposible saber qué están haciendo realmente durante el día.

Cuando se trabaja desde casa, las jornadas laborales tienden a alargarse. Esto es porque si te levantas a las siete en punto y tardas una hora en llegar al trabajo entonces llegas a la oficina algo antes de las nueve y entre tanto has caminado unos minutos a la estación y hasta leído un poco en el tren. Pero si te levantas igualmente a las siete trabajando desde casa, a las siete y cuarto ya estás con el café delante del ordenador. Y cómo luego tampoco tienes tiempo de regreso, es fácil que a las ocho de la tarde sigas delante del ordenador. Eso si no te has distraído con alguna cosa y te tienes que quedar hasta las diez para completar las tareas del día. Es curioso ver cómo no pocos trabajadores aplauden cuando se anuncia que en adelante el desempeño se medirá por resultados en lugar de por horas laborales, sin preguntarse quién fija los objetivos y cuántas horas harán falta para alcanzarlos.

La extensión de las jornadas laborales y la falta de movilidad reduce el escaso ejercicio que hace la mayoría de la gente. Al tiempo que es más fácil comer más. Resultado: rápido aumento indeseado de peso.

Productividad

Hay varios estudios que sugieren que la productividad aumenta cuando los empleados trabajan desde casa. Mi experiencia personal es la contraria, la productividad cae o, al menos, la productividad por hora trabajada. Aparentemente la productividad aumenta en ocasiones, pero sólo es porque la gente trabaja más horas.

Innovación

Otro mito que considero que es falso es que la gente es más creativa cuando trabaja desde casa. Esto puede ser cierto en tareas creativas que dependen del grado de aburrimiento de la persona. Para descubrir los mejores inventos hace falta tiempo para aburrirse. Pero la innovación en las empresas casi nunca es de esa naturaleza. La innovación en las empresas casi siempre surge de la sinergia entre pequeños aportes de un grupo. Los ingenieros de software, por ejemplo, con mucha frecuencia nos quedamos atascados en un problema técnico. Hasta tal punto los atascos son graves que existe un sitio web archipopular llamado StackOverflow cuya única razón para existir es desatascar a programadores que llevan horas o días dándole vueltas a un problema que debería ser trivial pero que de hecho no lo es.

En ausencia de personas a las que preguntar rápidamente, o de personas que se den cuenta de que estamos atascados y nos ayuden, los trabajadores en remoto pueden pasarse horas y horas dándole vueltas a un problema que se solucionaría en cuestión de minutos si cuatro técnicos estuviesen juntos en el mismo despacho.

Salarios y costes laborales

Si los sindicatos aún tuvieran alguna fuerza entre los colectivos de trabajadores cualificados, estarían, o deberían estar, montando barricadas contra el teletrabajo. La razón es que el teletrabajo favorece la globalización y la deslocalización de la mano de obra. Trabajar desde casa suena fenomenal, hasta que desde la empresa te dicen que hay otra persona en otra parte del mundo que hace lo mismo que tú por 10 dólares la hora sin contrato fijo.

El teletrabajo reducirá la posibilidad de los trabajadores para sindicarse, ya que a duras penas se conocerán ni sabrán dónde está cada uno.

Trabajar desde casa le ahorra dinero tanto al trabajador cómo al empresario. Aunque, por cierto, las medidas que se están proponiendo en España sobre que la empresa debería pagar la parte proporcional de la luz y la conexión a Internet del trabajador son un despropósito, porque lo que gasta de más el trabajador en suministros se lo ahorra con creces en transporte y restaurantes.

Socialización

Trabajando desde casa se acabó la hora de comer juntos en la cantina de la empresa. Si ya eran necesarios los eventos para que la gente se conozca y hacer equipo, con la extensión del teletrabajo será muchísimo más necesario socializar a la fuerza laboral.

Coworking

Una solución intermedia es el coworking. Algunas personas prefieren estar en compañía de otras en lugar de pasar el día completamente solas en casa trabajando. Además, los espacios de coworking ofrecen mejor ergonomía. La rotación de personas también es buena para mejorar la red de contactos del trabajador Y es posible organizar cursos u otras actividades de mentoring en espacios de coworking.

Conciliación

A mi, personalmente, me parece que decir que el trabajo desde casa facilita la conciliación es un ultraje porque es cómo afirmar que puedes cuidar de los niños, cocinar y trabajar, todo al mismo tiempo. Que tengas la oportunidad de ir a buscarles al colegio a las cuatro, porque trabajas desde casa, no es conciliación si luego no puedes pasar la tarde con ellos porque tienen que estar callados mientras tú trabajas y además la hora que has perdido en irles a recoger tienes que recuperarla de ocho a nueve cuando se han ido a dormir.

El teletrabajo crea presencias fantasma en los hogares, de alguien a quien se puede ver pero no se le puede pedir nada porque tiene los pantalones grapados a la silla y auriculares que le impiden escuchar nada. Estas presencias fantasma generan fácilmente frustración y conflictos en las parejas.

Conclusiones

El trabajo desde casa no es sólo una tendencia pasajera debida a la pandemia. Existen muy buenas razones por las cuales es completamente innecesario obligar a los trabajadores a que se desplacen a la oficina. El teletrabajo no sólo es una moda, es una necesidad por motivos de sostenibilidad.

No obstante lo anterior, la extensión del teletrabajo a toda –o casi toda– la plantilla no debe hacerse sin la planificación y el seguimiento adecuado. Además, el teletrabajo oculta riesgos enormes para los trabajadores, debido a que permite a las empresas reducir salarios y estar exentas del cumplimiento de las leyes locales de empleo. El teletrabajo agrandará aún más la brecha salarial entre ejecutivos y empleados y creará aún más minijobs, puestos que antes no se abrían porque no era rentable hacer que el trabajador se desplazase pero sí son rentables si trabaja desde casa por poco dinero.

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