Hay una forma sencilla de saber lo que no va a pasar en el futuro próximo: creerse las predicciones de los gurús. Si fuesen ciertas hace mucho que los coches volarían. Es por eso que yo no me suelo creer nada de lo que se publica acerca de que si los tiros van por aquí o por allá en las tendencias de los inventos y usos sociales de la tecnología.
Precisamente porque no he oído a nadie predecir el tema, me ha llamado poderosamente la atención esta publicación sobre el NeuroPhone un teléfono experimental cuyo interfaz está controlado por el pensamiento. Los propios investigadores reconocen que aún es simplemente un juguete que aún no funciona bien. Permite elegir una persona en una rejilla de 3×3 imágenes para iniciar una llamada sólo con pensar en ella mientras miramos su foto.
¿Tendremos la suerte de ver pronto la caída en desuso de esos brillantes aunque antinaturales interfaces que son el teclado y el ratón?
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