Hace tiempo que tenía pendientes de comentar algunos enlaces compartidos por Fabián acerca de la progresiva balcanización de Internet, una cuestión relacionada con los dos temas candentes del momento: la neutralidad en la red y el precio de las tarifas sobre todo en lo que se refiere a las tarifas planas ilimitadas.
A ver si consigo resumir mi modesta opinión llanamente y sin demasiado lio.
Hay tres incumbentes principales:
– los gobiernos nacionales
– las teleoperadoras que llevan el tráfico
– los prestadores de servicios web.
Cada uno de estos incumbentes pretende conquistar una especie de territorio soberano en la red para controlar la parte de ella que les interesa. Esto origina unas fuerzas centrífugas que actuan creando el peligro de que Internet se fragmente.
Gobiernos
A los gobiernos les interesa poner firewalls para espiar lo que hace la gente y poder eliminar de un plumazo cualquier contenido incómodo que no les interese y poderlos controlar y liquidar con regulaciones tipo ACTA que son una regresión social y civil. La excusa que ponen para ello es la de poner controles para proteger a la ciudadanía de los ciberdelincuentes. En particular se usa comunmente el argumento de limitar el acceso a contenidos pedófilos que por su carácter execrable facilitan que la opinión pública reaccione de forma emocional apoyando los controles sin pensar mucho sobre sus consecuencias para ellos mismos.
En España, el amago de «la patada en el router» se produjo con la propuesta de creación de la Comisión de la Propiedad Intelectual que intentaron colar en el anteproyecto de Ley de Economía Sostenible, y que causó una de las ciberprotestas más violentas que se recuerdan en la blogosfera española.
Telcos
Por otra parte, a las telcos les interesa controlar sus propios territorios digitales. El negocio de los minutos de voz y los SMS se les acabará muriendo, probablemente más pronto que tarde. De manera que necesitan reorientar su negocio hacia el creciente consumo de ancho de banda de datos y el redshift de utility computing en la nube.
En la llamada batalla por la neutralidad de Internet, las telcos quieren que los gobiernos les permitan fijar precios y velocidades de transmisión diferentes para los distintos paquetes de datos, diferenciando, por ejemplo el tráfico SMTP de los e-mails de las descargas P2P. Argumentan, que dado que ellos han desplegado las infraestruturas de transmisión de datos, éstas son de su propiedad y, por consiguiente están en su derecho de explotarlas como mejor les parezca. En realidad lo que quieren es crear una economía de la escasez del ancho de banda para ganar más dinero con el control de un recurso limitado.
Un punto previo antes de discutir nada es, a mi jucio, que las infraestructuras de Internet no deberían ser privadas. Lo mismo que no son privadas las autopistas que necesita la gente para transitar por el mundo físico, tampoco es lo óptimo que sean privadas las autopistas de datos.
No se debe permitir a las telcos cobrar a su libre albedrío por diferentes paquetes de datos porque podrían extorsionar a las prestadores de servicios pidiéndoles más dinero a cambio de que su sitio web fuese accesible a una velocidad adecuada y también podrían penalizar a los usuarios que utilizan legítimamente su ancho de banda para compartir archivos que de otro modo tendrían que comprar en tiendas de contenidos digitales.
En España particularmente yo creo que la irrupción de la televisión IP de Google haría muchísimo daño a la televisión de pago como Imagenio. Pero si Movistar pudiera cobrarle a Google por el ancho de banda de sus programas o, alternativamente, degradar su servicio entonces seguiría teniendo la sarténp or el mango en la difusión de contenidos multimedia
En contra de la postura más generalizada entre los internautas, yo si estoy a favor de que se limiten o eliminen las tarifas planas porque cuando un recurso es gratuito la gente abusa de él. Mi ADSL de 20Mb nunca funciona a 20Mb, es una estafa. Si compro y pago 20Mb quiero tener 20Mb, no que la telco me diga que tendría 20Mb si no hubiese saturación en las líneas. Las asociaciones de usuarios deberían abandonar la batalla de las tarifas planas y concentrarse, en cambio en otras dos batallas: cómo se fija el precio por mega descargado y cómo se garantiza la calidad del servicio. Existe el riesgo de acabar en dos situaciones poco deseables, bien el oligopolio de las telcos pacta con el gobierno un precio por mega que los usuarios tendremos que aceptar si, si o sí (con las consabidas subidas arbitrarias cuando les convenga) bien se fija una tarifa plana y acabamos en una especie de «comunismo del ancho de banda» donde todos obtenemos una magra ración de megas al mes a un precio fijo por encima del que deberíamos pagar porque ciertamente unos usuarios (la mayoría) subvencionan al pequeño porcentaje de usuarios que tienen grandísimo consumo.
Sitios Web
Por último, a los prestadores de servicios web lo que les interesa es que los estándares de la red sean lo menos abiertos posibles y evitar el open cloud para que los usuarios tengan las mínimas opciones de cambiarse a otro proveedor. A la Nación Facebook no le interesa perder ciudadanos porque cambiar de pasaporte sea demasiado fácil.
Aquí la clave estriba en leerse las políticas de privacidad y en cuidarse no caer prisionero de los demonios del software como servicio.
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La balcanización de Internet
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