Océanos Azules

Uno de los libros de management más populares de los últimos años ha sido Blue Ocean Strategy de W. Chan Kim y Renée Mauborgne. La idea central de estos autores es que los mejores negocios se crean alrededor de productos que son tan únicos como para no tener competencia natural, un ejemplo clásico es el Circo del Sol.
Personalmente, no es uno de mis libros favoritos, porque la idea está muy bien, pero es mucho más fácil de decir que de hacer. Y pese a que intentan hasta proporcionar herramientas para el proceso, al final, o tienes un producto diferente o no lo tienes. Y, además, la idea de excluir a la competencia ha calado tan hondo en el software que cuando no se consigue hacerlo de forma natural, se fuerza la marginación de otras empresas por la vía de las patentes (una patente es el Océano Azul perfecto).
O eso creía yo, hasta que esta mañana he ido a un supermercado vietnamita y me he encontrado que las únicas galletas sin azucar son las de Gullón. De Aguilar del Campoo hasta Hà Nội nada menos ha viajado una caja de las DietNature que consumo habitualmente.
Si se piensa un poco, es fácil entender porqué en un pais donde el ciudadano medio pesa 50Kg y la bollería apenas existe, hay nicho de mercado para una marca de galletas dietéticas de pequeño tamaño y bajo aporte calórico.
Esta búsqueda del Océano Azul es extremadamente importante en software porque una vez que un mercado madura y el océano se torna rojo es prácticamente imposible competir contra las grandes empresas que dominan el mercado.
Los americanos conocen intuitivamente este fenómeno desde hace años, con tanta perfección que ni siquiera piensan que una empresa pequeña pueda sobrevivir a largo plazo. Nótese que en España a una empresa recien creada se la denomina sistemáticamente PyME. En EE.UU. a la misma empresa la llaman start-up y no Small or Medium Enterprise (SME) que sería el término equivalente y que también existe, en reflejo de que para ellos una empresa es pequeña sólo porque está recien creada, pero su vocación en casi invariablemente crecer lo máximo posible.
Sólo los tiburones de gran tamaño pueden sobrevivir en los océanos rojos, y, de hecho, ese es su hábitat natural, pues ahí es donde pueden sacar los dientes y ejercer su dominio gorilero sobre los canales de venta, los medios, los usuarios y hasta los gobiernos.
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Contraste:
Por muy rentable que sea el mercado de un Océano Azul, casi siempre es mucho más pequeño en tamaño que el de un Océano Rojo. Por ejemplo, es posible introducir una nueva marca de whisky con éxito si tiene alguna peculiaridad (por ejemplo malta con un alto contenido en fenoles). Dicha marca puede venderse con un margen muy superior al whisky de grano convencional. El problema, es que como mucho se venderán 50.000 botellas al año, frente a los 40 millones que puede vender una marca como J&B.
Y peor aún, en el momento en que la nueva marca se populariza, los tiburones entra a saco y el océano se vuelve rojo. Lo cual obliga a la empresa que lo descubrió a estar constantemente emigrando a nuevas aguas para sobrevivir.

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