Se van acumulando los rumores de que Facebook está preparando el lanzamiento de su propia criptomoneda. El New York Times publicó un artículo en febrero diciendo que Facebook seguiría los pasos de Telegram, que tras su I.C.O. (Initial Coin Offering) de 1.200 millones de dólares consiguió una ronda de financiación de 850 millones de dólares y tiene en curso otras dos por otros 850 cada una.
En breve entraré en los pocos detalles conocidos de los planes de Telegram y Facebook. Pero lo fundamental es que si Facebook hace una I.C.O. exitosa entre sus 2.700 millones de usuarios (combinando Facebook, Instagram y Snapchat) podría convertirse en poco tiempo en el banco central más grande del mundo ya que Facebook dispondría de una ingente cantidad de criptomonedas respaldadas en todo tipo de divisas y eso es, en el fondo, lo que hacen los bancos centrales: emitir moneda respaldada en reservas de divisas.
Cada vez que aparece un invento útil se deben cumplir al menos cinco requisitos para que llegue al mercado de consumo masivo:
- Que funcione lo bastante bien
- Que sea lo suficientemente asequible
- Que no haya fricción en la adopción
- Que se produzca un “efecto llamada” desde los usuarios existentes a los nuevos
- Que sea legal
El freno a la expansión de las criptomonedas ha sido causado por su deficiente cumplimiento de estos requisitos. (1) Existen muchas tecnologías similares pero incompatibles entre ellas (algo así cómo lo que sucedió durante la guerra de los formatos en los reproductores de video en los 70). (2) Para los usuarios es peligroso tener criptomonedas debido a su altísima volatilidad. (3) Es demasiado difícil para el usuario medio conseguir una cartera de Bitcoin o cualquier otra crypto. (4) Las cuantiosas pérdidas de los inversores ingénuos en la burbuja y la altísima volatilidad han causado que las criptomonedas no sean un buen refugio cómo el oro (5) Cada vez hay más leyes que requieren la identificación de las partes intervinientes en una transacción con criptomonedas lo cual desvirtua el uso original para el que fueron creadas: la tenencia y transferencia anónima de riqueza.
Facebook podría sortear de un plumazo todos estos obstáculos dando paso a una nueva era en el comercio. No sólo podrían convertir en irrelevantes a los bancos para las transacciones de compra/venta de pequeña cuantía y a los servicios cómo Western Union para las remesas de dinero , sino que también podrían desintermediar a los emisores de tarjetas cómo VISA y MasterCard. Por poner sólo un ejemplo de la escala, según el Banco Mundial, los hindues residentes fuera de India enviaron en 2017 70.000 millones de dólares a su pais de origen.
Facebook podría crear un stablecoin, un tipo de criptomoneda que, a diferencia de Bitcoin, no cambia de valor rápidamente debido a que está respaldada por un fondo de divisas (tipicamente dólares americanos, euros, francos suizos y otras) y, además, no existen más criptomonedas que divisas.
Según los rumores, Facebook se está tomando el proyecto muy en serio, con el ex-presidente de PayPal David Marcus en nómina a la cabeza en el más riguroso secreto.
Personalmente, opino que el impacto de que Facebook lance una criptomoneda difícilmente puede sobrevalorarse. No sólo por su grado de disrupción sino por sus consecuencias potenciales para Facebook. Ya de un tiempo a esta parte hay quienes andan haciendo lobby en el Congreso Estadounidense para que a Facebook se le apliquen leyes antimonopolio similares a las que se impusieron a AT&T (léase, por ejmplo, Zucked) . Además, existe una incompatibilidad fundamental entre el anonimato que proporciona valor fundamental a las criptomenedas y el espionaje sistemático a ultranza de Facebook.
La oportunidad en criptomonedas es tan grande que por supuesto habrá muchos competidores además de Facebook. Otras aplicaciones de chat tales cómo Kik, LINE, Kakao y Status bien tienen planes cripto bien han hecho ya ICOs por centenares de millones de dólares. En febrero de 2018 Forbes calificó la ICO de Telegram cómo la madre de todos los timos. Pero hay que tener en cuenta de que Telegram hizo la clásica ICO de moneda creada a partir de la nada, a diferencia de lo que sería el hipotético stablecoin de Facebook. Sobre la tecnología de Telegram, se ha llegado también a escribir que es 600 millones de toneladas de mierda por motivos demasiado técnicos para detallarlos aquí. Pero es asimismo dudoso que Facebook produzca una mierda cómo el Empire State Building, o, al menos, no es eso a lo que nos tiene acostumbrados.
No obstante todo lo anterior, veo dos grandes obstáculos para Facebook. El primero es que la nueva moneda «Facebook Libra» parece orientada en gran parte a países en vías de desarrollo. En estos países la gente que recibe remesas lo que necesita es dinero en efectivo para pagar gastos corrientes en metálico. Y para eso una cuenta en criptomonedas de Facebook es inútil. El segundo obstáculo es que la creación de una moneda parece más un movimiento de supervivencia que una expansión natural del modelo de negocio. Facebook tiene un serio problema de relevancia. Google es lo que los usuarios necesitan para encontrar cosas online. Amazon se ha convertido para algunos en una comodidad irrenunciable a la hora de pedir paquetes enviados a casa o a un punto de recogida. Pero ¿qué necesidad satisface Facebook? La red social se ha convertido en el último recurso contra el aburrimiento. Su base de usuarios está estancada o decrece (según la zona geográfica que se considere). Facebook necesita algo con lo que apalancarse en las aplicaciones de uso imprescindible para los usuarios.