Como consultor, estoy acostumbrado a que la gente me mienta. Es tan habitual que ya nunca me pregunto si lo que me está contado alguien es verdad o no, sino qué porcentaje de lo que me dicen es cierto versus qué otro porcentaje es falso. Los humanos somos una especie inherentemente tramposa, sin embargo, la gente odia la mentira.
El caso que me llevó a escribir este post tiene que ver con unos algoritmos de detección de fraude que estoy revisando. Pero no voy a entrar en los detalles de ningún cacharro técnico, que son demasiados aburridos, además de que la mayoría de los fraudes online son bastante burdos, del estilo de mandarse veinte teléfonos móviles a la misma dirección suplantando la identidad de otras personas, lo cual hace saltar todas las alarmas de cualquier sistema de detección de fraude que merezca tal calificativo. Voy a comentar brevemente, por el contrario, mi experiencia diaria con los mentirosos.
¿Es justificable la mentira?
Hay dos cosas previas que merece la pena entender sobre los mentirosos antes de juzgarlos. La primera es que la mayoría de las mentiras son bienintencionadas. Según los psicólogos, los cónyuges se mienten entre ellos, en media, una de cada diez veces, y yo no creo que se quieran menos por eso, probablemente lo hacen por temor a que se les rompa el amor. Lo cual me conduce a la segunda consideración preeliminar: la mayoría de la gente que miente lo hace por miedo. La mayoría de los mentirosos, pues, son personas bienintencionadas que están asustadas.
¿Cómo detectar mentirosos?
Es fácil encontrar manuales sobre < a href="http://www.wikihow.com/Detect-Lies">cómo detectar si alguien está mintiendo. La mayoría de estas guías estan basadas en descubrir indicios sutiles en el lenguaje verbal y corporal que pueden ser difíciles de captar en una reunión de trabajo.
En mi experiencia, lo más fiable es centrarse en la estructura de la historia y, sobre todo en tratar de entender las motivaciones del presunto mentiroso. Las historias que son falsas se caracterizan bien porque poseen un inhabitual grado de detalle bien porque unas partes son inconsistentes con otras. Una de las primeras cosas que la policía busca en un interrogatorio son sucesos que no cuadran. Pero si el mentiroso ha tenido tiempo de preparar la historia entonces puede suceder todo lo contrario, que todo encaja de una forma sorprendentemente precisa. Las personas que están diciendo la verdad a menudo dan saltos temporales u omiten algunos acontencimientos porque tienden a poner énfasis en los hechos que les parecen más relevantes o les causaron un mayor impacto emocional. Las personas que están mientiendo, por contra, tienden a presentar una versión cronológicamente muy precisa de lo acaecido. Los que van de finos analizadores de mentes mas en realidad no tienen ni puñetera idea, con frecuencia confunden la imprecisión de los sinceros con signos de falsedad. Las personas sinceras primero cuentan un esbozo de la situación, y luego van dando cada vez más detalles según se les continúa interrogando. Pero lo más importante, en mi opinión, para detectar a un mentiroso es hacer un perfil y entenderle para evaluar por qué habría de estar mintiendo ¿Cuales son sus motivaciones?
¿Eres la víctima perfecta para un mentiroso?
Existen tres factores de riesgo para que a uno le calcen una mentira gorda:
1º) Que debido a tu propio miedo quieras creer al mentiroso.
2º) Que estés en necesidad. Esta es en parte un corolario de la anterior. Es más fácil que te engañen con un timo económico cuando atraviesas problemas financieros (y estás asustado). O que creas en el amor cuando llevas mucho tiempo solo.
3º) Que te fies de la reputación de alguien. La historia demuestra una y otra vez que cuanto mejor (en teoría) es la reputación de una persona menos deberías fiarte de ella. El caso más célebre es el de Bernie Madoff, el mentiroso más notable de la historia moderna, por el alcance de su timo y porque hasta cuatro veces le interrogó la SEC y negó tajantemente todas las acusaciones que se le imputaban.
¿Y si el mentiroso eres tú?
Lo primero que es necesario entender es que las mentiras sólo sirven para ganar tiempo. A la postre todo se acaba sabiendo. Y si no te juzgan en la Tierra te juzgará el Altísimo y entonces estarás aún más jodido. En el mismo momento en el cual se cuenta una mentira hay que tener previsto el plan de contención para cuando se sepa realmente la verdad.
En segundo lugar hay que ser cuidadoso con los sincericidios. La verdad no es algo al alcance de todo el mundo, porque muchas personas sencillamente no pueden digerirla. Todavía existen demasiados lugares en el mundo donde un hombre no puede decirle al mundo que es gay sin arriesgarse a morir de una forma muy desagradable. La regla del dedo gordo es que cuanto más te pide (exige) una persona que le digas la verdad, menos deberías hacerlo. A las personas que aceptan la realidad no les importa mucho si les estás diciendo la verdad o les estás mintiendo porque seguirán de tu parte igualmente. Muchos padres saben que sus hijos adolescentes mienten, y no se quieren enterar de ello porque en el fondo les importa un bledo si lo que está diciendo el chaval es verdad o es mentira.
Deshazte del miedo y defiende la verdad, mas guárdate de las personas que odian a los mentirosos, pues somos una especie de monos oportunistas, y quien odia a los mentirosos probablemente odia al género humano en su conjunto.