Este fin de semana me he ido a bucear. No voy a escribir un post sobre buceo, ni sobre vacaciones, evidentemente, mas de regreso alguien me preguntó qué me llevaba de la experiencia. Y de ella hay muchas cosas que se pueden aplicar a la vida en general:
1ª) Cualquier movimiento brusco es malo.
Cada acción tiene una reacción. En muchos casos, además, una acción controlada produce una reacción descontrolada. Yo me he encontrado con muchos directivos que se mueven con brusquedad, de reunión en reunión, como elefantes en cacharrería. A algunos hasta les parece que esa forma agresiva de comportarse es el modo correcto de hacer las cosas demostrando asertividad y energia.
2ª) Tu propio descuido es peor enemigo que cualquier peligro externo.
Estoy convencido, por ejemplo, de que la probabilidad de autodestruir inintencionadamente datos en tu propio servidor es mucho mayor que la probabilidad de ser atacado por un hacker malicioso.
3ª) No importa la posición en la que estés.
En el agua da igual estar cabeza arriba o cabeza abajo. Al principio cuesta acostumbrarse, pues la tendencia natural es a intentar mantener la cabeza por encima de los hombros en todo momento. Esto es así hasta que te percatas de que bajo el agua no se siente la gravedad, y de que tampoco te puedes ahogar mientras lleves puesto el regulador. Análogamente, en la vida a menudo nos encontramos en una posición distinta de la que esperábamos. Entonces intentamos cambiar de posición, sin darnos cuenta de que en realidad da igual si avanzamos panza arriba o panza abajo.
3ª) El pánico es lo más peligroso de cualquier situación imprevista.
Puede que pierdas las gafas a 15 metros de profundidad. Como consecuencia te quedas temporalmente cegado. En ese caso, casi con certeza, una de las peores cosas que puedes hacer es intentar subir a toda prisa a la superficie. Si simplemente te quedas quieto y haces señas con la mano muy probablemennte en menos de 1 minuto un compañero te habrá devuelto las gafas. Yo he visto muchos ejemplos de pánico en la gestión de proyectos. El más típico es iniciar una migración de versiones o de hardware, encontrar un obstáculo y, de pronto, intentar parar y echar hacia atrás de golpe todo el proceso en un ataque de pánico.
4ª) Los planes no sirven para nada, pero la planificación es imprescindible.
No puedes entrar en el agua sin un plan de buceo. Ese plan nunca se va a cumplir a rajatabla, pero si careces de él al iniciar una inmersión terminarás irremediablemente perdido en medio de ninguna parte.
5ª) Chequéalo todo dos veces.
Incluso cuando andes apurado de tiempo, si pierdes el doble de tiempo en la verificación te ahorrás el cuádruple en arreglo de averías e imprevistos a posteriori.
6ª) Lleva siempre piezas de recambio para todo.
El pasador de una aleta es un pequeño cilindro de apenas 2 cm de largo. Pero si lo pierdes no podrás mantener la aleta en tu pie. Y sin aleta no puedes bucear. Ergo el juego de recambios es una parte crucial del equipamiento.
7ª) De donde se entra hay que tener un plan para salir.
Nunca, y por ningún motivo, entrar en ningún sitio del cual no sepas cómo se sale apresuradamente. En buceo a esto lo llaman «zafado rápido», consiste en que sueltas los plomos y subes instantáneamente como una boya, aunque no hagas nada de nada. Es sorprendente la cantidad de veces en las cuales la gente se pone premeditadamente a sí misma en una situación de la que no pueden salir. Lo más frecuente son las hipotecas vitalicias de todo tipo, ya sean financieras, emocionales, laborales, etc.
8ª) Tus probabilidades de sobrevivir dependen de cuánta gente pueda sacarte del lio.
Los judíos que se escondían de los nazis sabían bien lo importante que era tener un amigo con una casa segura. Si te encuentras con un problema realmente grave, es probable que (independientemente de tu preparación) no puedas hacer mucho por ayudarte a ti mismo.
9ª) Los bichos grandes sólo atacan si se sienten amenazados y creen que no les ves.
Manten contacto visual permanente con los tiburones, no les incordies y así reducirás al mínimo la probabilidad de que te maten a mordiscos. Nunca les amenaces, ni te quedes a solas con ellos en la oscuridad cuando no puedas ver por dónde nadan.
10ª) No pasa nada mientras tengas aire.
En las empresas, el aire, es la caja. Mientras tengas liquidez, es raro que sufras un problema perentorio. Incluso si la empresa va mal en ventas, pero la caja va bien, puesto que estás cobrando trabajos ya realizados, en esa situación es todavía fácil refinanciarse porque las entidades financieras suelen ser bastante tontas y, en general, sólo miran la liquidez y no las inversiones o la viabilidad a largo plazo de la empresa. Recíprocamente si el aire te falta, aunque sea por breves minutos, morirás irremediablemente.
Por último, una buena práctica general: de vez en cuanto, sal de tu medio natural. Sal de tu zona de confort. Vete a un lugar donde no estés cómodo. Allí es donde se encuentra casi siempre el mayor grado de crecimiento personal.