Jeff Bertolucci en PCWorld, y muchos otros medios, se hacían eco recientemente de que Pirate Bay ha empezado a ofrecer la descarga de modelos que pueden imprimirse con una impresora 3D.
El hecho de que haya que añadir el adjetivo «físico» a un objeto que se descarga de Internet es indicativo de hasta qué punto hemos aceptado ya que los objetos intangibles como una colección de bytes son cosas tan reales como un ladrillo o una manzana.
Dicen que en 20 años podremos descargarnos unas zapatillas de Internet, en lugar de ir a la tienda a comprarlas. Las implicaciones sociales y económicas de dicha tecnología serían sin duda enormes. En el grafo de tecnologías venideras que rebloggeaba en junio, la impresión 3D ya figura, de hecho, como una tecnología actual. Aunque dudo que en 20 años se puedan «imprimir» unos zapatos. Las impresoras 3D actuales pueden hacer básicamente dos cosas, bien cortar y pintar un modelo de resina (u otro material) bien superponer capas de materiales o células vivas. Son muy útiles para algunas aplicaciones concretas, por ejemplo para hacer maquetas de edificios a bajo coste. Pero aún falta mucho para ver operativo algo ni remotamente similar al replicador de Star Trek.
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