Nunca me han gustado los posts de opinión off-topic, me parecen, en general, pedantes y aburridos. No obstante, por una vez y dado el eco que ha tenido la #spanishrevolution, me voy a permitir el lujo de ocupar un espacio en mi propio blog para hacer un comentario desde la óptica del trbajador-emprendedor y al que no le interese simplemente que salte a siguiente post.
Hace ya tiempo que tenia la certeza de que una protesta organizada a través de la red era inevitable en España. Como dicen algunos de los jóvenes acampados, sin casa, sin curro y sin ilusión de futuro no es esa forma de vivir. Comparto la gran mayoría de las reivindicaciones de las asambleas, muchas de las cuales se fundamentan en unas razones de peso tan apullante que resulta inexplicable porqué no se han aplicado ya. No obstante, debido a la heterogeneidad del movimiento 15-M no puedo llegar a sentirme plenamente identificado y solidario con todos ellos, por razones que voy a explicar a reglón seguido.
Percibí en la Puerta del Sol un cierto tufillo a aquellos «No a la Guerra» o «Nunca Mais» de movimiento ciudadano por una buena causa que acaba consiguiendo justo lo contrario de lo que pretendía. En este caso, de momento, hemos adoptado las mismas medidas contra la crisis y la corrupción que adopamos contra los rulfianes felipistas en el 96: votar a favor de una mayoria absoluta del PP, quienes son, recordemos, los que en su día defendían y alababan las virtudes del «milagro económico» irlandes.
Me gustaría de veras ver que de todas esas asambleas populares, además de propuestas, sale un partido político. Me gustaría porque, ya ha quedado claro en el pasado que cualquier partido con mayoría absoluta se limpia el culo con las opiniones de la población. Y si bien la policía ya dio el aviso de que no aporrearía a la ciudadanía, lo que tampoco se puede pensar es en substtuir un mal gobierno por un desgobierno. Por ahora, la única forma de gobernarnos que tenemos es mediante el sistema parlamentario, el cual, como dice Javier Cuchi, la mayoría de los ciudadanos no quiere abolir sino simplemente limpiar de chorizos.
Además, los políticos, ningún político, puede solucionar el problema del desempleo. Muy cierto era aquel lema de «esto sólo lo arreglamos entre todos». Aunque ciertamente se pueden hacer muchas cosas mucho mejor, la salida de la crisis no está en manos de los políticos en último término porque esto es una economía de mercado, y el mercado, los mercados, son quienes mandan.
Una de las primeras cosas que los desempleados deben asumir es que el mercado laboral tal y como lo conocíamos ha muerto. Es por eso que la última huelga sindical fue un fracaso, porque, en el fondo, enfrentaba en una lucha intraclase a dos bandos de la misma clase social de trabajadores: los que tienen contrato fijo indefinido contra aquellos que viven en la eterna temporalidad. Es poco probable que a un taxista que echa 12 ó 14 horas diarias en su auto para poder llegar a fin de mes le parezca bien aprobar un subsidio ni siquiera de 426 exíguos euros para parados de larga duración. Porque si el 20% de la población está en paro, lo que se le está proponiendo, por la cuenta de la vieja, es que pague al menos 100€ extra de impuestos cada mes de su ya magros ingresos.
Con los contratos ha pasado algo similar a lo que sucedió en e 92, cuando el gobierno socialista y los sindicatos no llegaron a un acuerdo sobre la reforma laboral, y, de regalo, aparecieron 400 E.T.T. En esta ocasión han sido cosas como los contratos de Trabajador Autónomo Dependiente (TRADE) y más que vendrán… y sobre los que los sindicatos no han dicho ni pio porque los temporeros amenudo ni están afiliados ni comulgan con las vetustas tesis sindicalistas.
El mercado laboral ha muerto porque los mercados ya no son estables. No es razonable pedir (exigir) a las empresas que creen empleo estable cuando ellas mismas no son estables (ni pueden serlo). No es razonable exigir la garantía de empleo ni siquiera a las grandes empresas, las cuales ya se ha comprobado que también pueden caer desde lo alto, aunque obtengan pingües beneficios, porque Telefónica, en concreto, va como un cañón, pero fuera de España, no dentro donde la mayoría de sus líneas de negocio no crecen, decrecen, ergo mantener la plantilla española a cargo de los beneficios procedentes de latinoamérica no dejaría de ser una forma de subsidio. Y mucho menos es razonable exigir contrataciones indefinidas a las PyMEs, que han salido seriamente perjudicadas (cuando no muertas) de una crisis que les ha caído del cielo.
La última moda anticrisis ha sido la promoción a ultranza del emprendizaje. Pero permítaseme explicar la situación en la que se encuentra el moderno emprendedor heróico. El nombre de nuestro héroe es Pepe Gómez Pérez, un seudónimo, por supuesto, no sea cosa que algún antisistema quiera quemarle la empresa por lo que voy a contar, pero el caso es una historia muy real y muy actual. Resulta que el bueno de Pepe es mileurista diario. Cada día, cuando se levanta, necesita ingresar 1.000€ antes de que se ponga el sol ¡qué burrada mil al día! ¿no? pero resulta que si no lo consigue la PyME de Pepe se va al carajo en tres meses y con ella todos sus empleados quienes acaban en la cola del paro. Pepe es a la sazón hijo de un pequeño empresario cuyo negocio languidecía por obsolescencia, y a Pepe le toco la ardua labor de adaptarse a los nuevos tiempos. Por fortuna, a Pepe, su padre le había dejado una educación, la cual, unida a unos pocos miles de euros prestados por «Primos, Parientes y Putas» le permitieron empezar a reflotar el moribundo negocio. Ahora Pepe tiene un trabajo, su trabajo, y una casa, su casa. Pero nadie le dio su trabajo, ni nadie le dio su casa. Ni siquiera le dieron ninguna facilidad para ambas cosas. A Pepe los bancos le han dado la espalda y no le prestan ni un céntimo, no tiene derecho paro, ni a cobrar si se pone enfermo, y sabe a ciencia cierta que le espera una mísera pensión. A Pepe no le va a venir nadie a rescatar si quiebra. Además, Pepe reparte los 1.000€ que ingresa al día de la siguiente manera: impuestos 40%, sueldos y salarios 35%, compras y gastos 15%, asignación personal 10%. Pepe no conduce un Cayenne, ni veranea en las Seychelles, vive ciertamente mejor que los JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Puteados) pero se desplaza en un coche de alquiler y se le puede encontrar veraneando en un apartamento chiquitito en la Costa del Sol como a cualquier otro hijo de vecino.
Para terminar, hay muchas buenas propuestas contra la corrupción política, en pro de la independencia de la justicia, y en favor del aumento de la protección social. Pero muy pocas propuestas para crear empleo ni tampoco para poner coto el poder de las entidades financieras quienes, no lo olvidemos, fueron las causantes originales de la presente crisis. La fusión masiva de cajas de ahorros, concretamente, es muy peligrosa, pues lo que favorece es la aparición de un oligopolio bancario mediante el cual, si antes nos crujían a los ciudadanos, ahora nos van a crujir aún más y con un mayor concubinato entre banqueros y políticos (si cabe).
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