De un tiempo a esta parte Facebook me aburre mortalmente y, siendo la red tan extremadamente popular, me andaba preguntando si es que seré un bicho raro.
Un estudio reciente en Journal Computers in Human Behavior de ACM afirma que menos esfuerzo mental induce a más networking social. Nicholas Carr le da su propia interpretación diciendo, más o menos, que si te gusta Facebook es que eres corto de mente aunque el artículo hace realmente otro matiz, los usuarios intensivos de redes sociales tienden a un estilo de pensamiento más superficial y multitarea. Más concretamente, el estudio muestra una correlación negativa entre el uso de redes sociales por parte de un individuo y su puntuación en la escala Need For Cognition que mide la tendencia de un individuo a pensar sobre las cosas.
Que el tweetiritero medio es un tipo que no piensa demasiado sobre las cosas antes de tweetearlas es algo evidente (no da tiempo de pensar mucho mientras se redactan 140 caracteres).
Ahora bien, lo que me parece dudosamente defendible es que el estilo de pensamiento profundo sea intrinsecamente mejor que el estilo de pensamiento superficial. Mi historia favorita sobre porqué saltar caprichosamente de una idea a otra puede ser algo bueno es una titulada «conectando los puntos» de una charla que impartió Steve Jobs en Stanford en 2005.
Pensamiento superficial vs. profundo
Esta entrada fue publicada en Usos sociales de la tecnología. Guarda el enlace permanente.
La verdad es que Twitter me fastidia mucho. Al obligar a una atención permanente, exige demasiado tiempo pendiente de él para, al final, pillar dos o tres ideas por hora con alguna sustancia y tropecientos ‘retuiteos’ por minuto. Facebook no es la octava maravilla del mundo que todo el mundo admira, pero permite mantener el contacto con el entorno que uno mismo ha elegido, no necesita atención permanente -una ojeada cada media hora o una hora y va que arde-, o sea que es, sin exageraciones y sin alharacas, es razonablemente útil.
En lo del pensamiento, ya no entro en sofisticaciones de si profundo o superficial: con gestionar el mío propio ya voy que ardo ;-)
Me da la sensación que la charla de Jobs habla sobre la variedad, a primera vista inconexa, del pensamiento, no sobre su superficialidad.
O es que se pasó dos clases solo en caligrafía?
Creo que la variedad y el acceso rápido a la información son una herramienta maravillosa, pero exige cierta profundidad y elaboración del pensamiento, si realmente queremos generar algo jugoso y creativo. Si no es puro cotilleo.
Coincido con Pplu, conozco la charla de Steve Jobs, me parece excelente, pero no creo que de esa charla se rescate o resalte el pensamiento superficial. Al contrario, creo que es un tipo que se dedicó en profundidad a cada actividad en la que se metió. Lo de «conectar los puntos» se refiere más a una cuestión de perspectiva; de mirar hacia atrás y ver la conexión entre nuestras acciones, conexiones que no pudimos ver fácilmente hacia adelante. Alienta a seguir los instintos, el corazón si se quiere. Pero, repito, no me parece para nada que esté en pos del «pensamiento superficial», que es algo muy distinto a «saltar de una idea a otra».
Pingback: Concentración vs. Dispersión y el efecto de Internet sobre la inteligencia | La Pastilla Roja
Pingback: La cultura de la distracción | La Pastilla Roja
Pingback: Cómo Internet modifica nuestras capacidades intelectuales y sociales | La Pastilla Roja