Corría el año 2004 cuando presentamos a la Free Software Foundation la antigua licencia de Hipergate (HGPL) para que la aceptasen como Open Source. Aquella licencia era, en esencia, lo mismo que la actual Affero GPL: una GPL que obliga a los prestadores de software como servicio a publicar el código fuente de las modificaciones que ofrecen. En aquel entonces la FSF nos dijo que no podían aceptar la licencia HGPL como Open Source porque imponía restricciones adicionales al licenciatario que violaban la filosofía del Open Source. Enre trospectiva, lamento no haber insistido más para que la difunta HGPL se convirtiese en una licencia Open Source de pleno derecho, en parte porque siempre pensé que ya había demasiadas licencias. En 2008 AGPL fue aprobada por OSI y cinco años después no sólo está muy viva sino que es la licencia de moda entre los nuevos proyectos.
Las licencias que impiden subvertir el espíritu mismo que las hizo nacer, en general, no gustan. El propio Google vetó AGPL en Google Code y el mismo veto aplicó Microsoft en CodePlex.
Seamos honestos: lo más atractivo del Open Source es el gorroneo. Que la I+D la haga otro, y encima, dé soporte gratis. Pero que con los resultados uno pueda hacer lo que le venga en gana, incluso si se tercia sacar un fork privativo para lucrarse en lo que se pueda.
Ahora se ha encendido la polémica acerca de los forks que las telcos están haciendo de Android. Se quejan los usuarios de que reciben el Android cargado de crapware y tan cambiado y desvirtuado que ni siquiera parece un Android.
Eric Schmidt ha salido al paso diciendo que Google no puede restringir las modificaciones que las telcos hagan de Android sin violar la licencia Apache bajo la que se distribuye Android. Google ha manejado siempre con maestría sus relaciones públicas explotando el lema “Do not evil” pero lo que sucede es que a Google no le interesa cortarle las alas a las telcos ni a los fabricantes de terminales. Saben que su baza frente a Apple y a Blackberry es, precisamente, proporcionar un sistema operativo que el vendedor del terminal pueda customizar. Y les da igual cómo lo modifiquen siempre y cuando el derivado pase un test de compatibilidad que le permita a Google seguir manteniendo el negocio de las búsquedas y la publicidad contextual que es lo que les da dinero.
Google podría hacer muchas cosas para impedir que Android acabe siendo la distro de Linux más prostituida del planeta. Podría ofrecer su propia versión binaria a los usuarios, podría limitar lo que los revendedores pueden hacer en el nombre de la marca Android, podría poner su marca en terminales sin adulterar, podría ejercer más presión mediática.
En Google Code no se despeinaron al vetar una licencia aprobada por OSI que les impedía explotar el código sin pagar royalties. Tampoco se han despeinado nunca utilizando masivamente MySQL sin contribuir prácticamente nada en retorno. En cambio ahora les interesa hacer el papel de chicos buenos del Open Source argüyendo que no pueden hacer nada para poner coto a las telcos en nombre del sacrosanto respeto a la licencia Apache.
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