José Carlos Moreno me ha pasado un enlace a Saasmania un blog sobre software como servicio activo desde noviembre de 2009 en el cual me ha llamado poderosamente la atención una forma periódica de publicar titulada El SaaS de la semana.
Me dio por pensar que el software como servicio atomizará el mercado de las aplicaciones y que empezará a haber mucho más long tail marketing de software. El SaaS abarata los costes de distribución y despliegue.
Hace años distribuir software era muy costoso, había que grabar CDs (antes de eso incluso peor) distribuirlos físicamente o enviar por correo postal versiones demostrativas a los clientes. Luego llamarles para preguntarles si había probado la demo y que un preventista fuese a verles, y si el cliente compraba, entonces desembarcaban los implantadores cual horda mongola. Todo esto sólo podían hacerlo empresas con una considerable cantidad de recursos.
Pero con el SaaS todo esto va a cambiar. Cualquiera puede montar un servidor virtual en Amazon o en GoGrid, o donde sea, por muy poco dinero. Para que los clientes potenciales prueben tu software la prescripción boca-a-boca y el SEM/SEO son más importantes que un ejército de comerciales de calle.
El SaaS será a las aplicaciones lo que los blogs fueron a los periódicos online. En paralelo a los paquetes dominantes (periódicos, portales…) empezarán a aparecer mini-aplicaciones (blogs) que empezarán a crecer en número de lectores (usuarios) hasta que algunas de ellas alcanzarán una relevancia suficiente como para ser tenidos en cuenta en el mercado.
Estas nuevas empresas no se parecerán en nada a los fabricantes de software de toda la vida. Tendrán muchísimos menos empleados, y serán muchísimo más eficientes en costes. Los ciclos de entrega serán más cortos, las aplicaciones se actualizarán cada mes o cada tres meses en vez de cada uno o dos años. También aparecerán las redes de aplicaciones SaaS, ya las hay de hecho, en España sin ir más lejos Nubola SaaS (antes TaquillaWeb) funciona desde hace años. El «long tail SaaS» deberá financiarse de manera diferente a las aplicaciones clásicas. Lo mismo que uno no financia un blog igual que un periódico, tampoco se puede financiar un micro-SaaS igual que un ERP de toda la vida. Al principio cuesta muchísimo que entren los primeros usuarios en un SaaS y, cuando lo hacen, además es con magros pagos mensuales que generan un exiguo cash-flow. A Salesforce le costó 9 años llegar a un millón de usuarios invirtiendo más de 80 millones de dólares en capital riesgo.
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El SaaS será a las aplicaciones lo que los blogs fueron a los periódicos online
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