Sobre el acuerdo de colaboración entre el Ministerio de Educación y Microsoft

Menuda polémica que se ha levantado tras el anuncio del acuerdo de colaboración en el marco del Programa Escuela 2.0 firmado entre el Ministerio de Educación y Microsoft para poner, en principio, 4.000 portátiles en las aulas de los alumnos de 5º y 6º de primaria de Ceuta y Melilla.
ASOLIF ha escrito una carta abierta al ministro Ángel Gabilondo, que ha salido en Barrapunto, con las palabras “práctica discriminatoria” y “agravio” y solicitando una reunión para hablar del asunto. Stallman ha dicho que “la primera dosis es gratis”. Ha salido publicado en Linux Magazine con comentarios de “corrupción en Europa”. Y desde Hispalinux han dicho que el acuerdo atenta contra la competencia e incumple la ley de contratos del sector público.
CENATIC ha publicado un decálogo de razones para el uso de software de fuentes abiertas en la educación rebatido punto por punto en el blog del director de tecnología de Microsoft Ibérica Hector Montenegro.
Carlos Roberto Cabello escribe en Genbeta que él no ha oído quejarse a IBM ni a Sun ni a Canonical.
¡Vaya metedura de pata mediática darle bombo y platillo a este acuerdo sabiendo lo sensibilizados que están los geeks con este tema del Software Libre en la Educación! Ya se lió una buena cuando anunciaron por primera vez los portatiles privativos para niños de primaria de Zapatero. Y se conoce que no aprendieron de aquella cacerolada, o es que simplemente les da igual.
De saque, yo no creo que sea conveniente dar portátiles a niños de primaria, en poco tiempo los tendrán totalmente descuajeringados y probablemente los usen más para enredar en redes sociales que para estudiar su vetusto temario académico. Ni siquiera tengo claro que dar PCs a los niños no aumente más aún el fracaso escolar. Yo les daría eBooks como están pensando hacer en California.
Conviene fijarse también en las cifras absolutas del acuerdo.
En España hay 2.700.000 alumnos en Primaria. Si aproximadamente un tercio de ellos están entre 5º y 6º, 4.000 portátiles es un ordenador por cada 225 alumnos. Si se considera la acción sobre la totalidad de la población estudiantil no universitaria, la cifra alcanza el ridículo ratio de un portátil por cada 1.446 alumnos.
Como Ceuta y Melilla sólo representan el 0,4% del total de la población estudiantil, con 4.000 equipos a mi el ratio me sale a un portátil por cada 10 alumnos de 5º y 6º de Ceuta y Melilla ¿Los repatirán quizá en una rifa?
Y dado que las competencias de educación están mayormente delegadas en las comunidades autónomas, aunque pueden acogerse al acuerdo, es dudoso que aquellas con fuertes inversiones en Linux lo hagan porque con los exiguos 125€ que aporta el gobierno central por portátil (las comunidades deben aportar el resto) algunas como Valencia han decidido dejar el concurso desierto.
Por otra parte, es cuestionable si el precio de 8€ en licencias por equipo (un 90% de descuento sobre el precio inicial) no es una práctica de dumping. A decir verdad, Microsoft puede bajar el precio de las licencias OEM todo lo que quiera, porque para distribuir su software preinstalado en los equipos lo único que tiene que hacer es emitir una licencia al fabricante de los equipos que es quien se encarga de todo. Pero el único que probablemente acabe sacando algo de margen es PRISA, el proveedor de contenidos.
Y por último, no hay que olvidar que darle un ordenador a un niño es el menor de los problemas. De nada sirve hacerlo si no se acompaña de un programa adecuado sobre cómo debe usarlo, de formación al profesorado y de soporte técnico a averías e incidencias, un programa integral contra el fracaso escolar que ya pidió hasta la propia Microsoft. Y está por ver cómo se regula la cuestión del préstamo digital y los derechos sobre los contenidos. Ya que es más que dudoso que los portátiles vayan a venir precargados con PDFs o cualquier otro tipo de formatos abiertos. Apostaría a que habrá bien un férreo sistema protegido con DRM que caduque al fin del curso escolar, bien contenidos directamente accesibles via web pero no descargables, de manera que los materiales didácticos no puedan ser compartidos entre hermanos o amigos.
Yo, personalmente creo que lo justo sería tomar tres medidas:
1ª) Que los portátiles se entregasen instalados con Windows y Linux. Incluir ambas opciones es la única neutralidad tecnológica real que puede adoptar el Gobierno en este asunto.
2ª) Que la licencia de Windows se limitase al periodo educativo. Si el portátil es para estudiar, y (teóricamente) sólo para estudiar, entonces no tiene lógica que se siga pagando una licencia de Windows con dinero público una vez que se ha cumplido el propósito para la que fue adquirida.
3ª) Dejar de enredar con nombres rimbombantes como «Escuela 2.0» ¿Qué rayos significa «Escuela 2.0»? Y centrarse en las necesidades perentorias de la educación española, que está claramente en el grupo de cola europeo.
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