Tarifa plana de contenidos

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Ayer estuve en el Media Markt. Buscaba unos reproductores de MP3 para regalar. Curiosamente, en lo que me estaba fijando no era en las prestaciones, el precio o el diseño, sino en el modelo de gestión de los contenidos de dispositivo.
Hay que reconocer que nadie supera a iPod en atractivo y usabilidad, pero de regalo tienes que usar ese horripilante engendro que es iTunes, podían haber hecho funcionar el iPod como un simple disco USB pero no, tenían que meter esa mierda (si MIER-DA) de por medio.
Dándole vueltas a cómo llegar a un acuerdo entre autores y usuarios creo que el modelo más razonable es algo similar a la suscripción a Zune, aunque de momento sólo disponible para el mercado norteamericano, el marketplace de Zune ofrece más de tres millones de canciones por 15 dólares al mes (lo cual me parece bastante razonable). La única pega es que si dejas de pagar la suscripción pierdes todas las canciones que tengas. Lo suyo sería pagar, OK, pero pudiendo conservar lo que te descargas ¿porqué? Simplemente porque ello sería lo que estimularía a los autores a seguir produciendo nuevos contenidos: si no hay música nueva, no hay más dinero.
De alguna forma tendremos que llegar a un acuerdo entre las partes. No se puede restringir el acceso a la música. Porque para algunas personas la música es como el agua: se han acostumbrado a tenerla hasta el punto en que no pueden vivir sin ella.
Bill Clinton dijo en una ocasión: «dado que no podemos matar a todos nuestros enemigos, sería más razonable tratar de hablar con ellos».
De la misma forma, no es posible meter en la cárcel a todos los ciudadanos acusados de descargas «ilegales».
Así que lo mejor sería llegar a un acuerdo razonable con ellos.
Algo que sea sencillo de entender y de gestionar y ¿qué mejor que una tarifa plana? (sin confundirla con el cánon revolucionario de la SGAE, claro).

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