Ubuntu: Una cuestión de maquillaje

Que Ubuntu está en la cresta de la ola es innegable. Basta con mirar los gráficos que ofrece Google Trends.

Fuente: O’Reilly radar
Incluso ha aparecido la primera valla publicitaria de Ubuntu en la salida a Ralston Street de la autopista 101 en Belmont que es justo la que hay que tomar para ir a las oficinas centrales de Oracle en California.
En el post Ubuntu vs. Debian: What Canonical Doesn’t Want You To Know se defiende la idea de que la popularidad de Ubuntu se basa en una campaña de marketing destinada a crear un producto de culto en el nicho de usuarios finales.
Ubuntu es una versión maquillada de Debian, pero es que en el software el maquillaje importa. ¿Que Ubuntu es más popular porque sus foros tienen emoticons y los de Debian son unas listas de correo peladas? ¡Claro! Demonios, hay muchos usuarios a los que les gustan los iconos bonitos. En el año 2000, Steve Jobs dijo en la revista Fortune que al interfaz Aqua de Mac OS X le pondrían unos iconos tan chulos que a la gente le darían ganas de lamerlos.
La explicación que ofrece Tech Anchor sobre la diferencia entre Debian y Ubuntu creo que vale la pena reproducirla a continuación en el cuerpo extendido de post.


Debian divide su distro masiva de 15.490 paquetes en 15 CDs. Esto pone bastante complicado para un usuario medio saber lo que se supone que debe instalar, sobre todo, con un manual de instalación de 250 páginas. Para hacerlo aún más confuso, hay tres «sabores» de Debian. Pero no como Ubuntu, Kubuntu, and Xubuntu que son lo mismo sólo que con interfaces de escritorio diferentes. En Debian cada sabor tiene una versión diferente de los 15.490 paquetes. Los usuarios de Debian saben que estos tres sabores son: Estable, Testeo, e Inestable, o, si se conone la jerga, Sarge, Etch y Sid. Esa información es fácilmente encontrable pero en la web de Debian es complicado navegar hasta los enlaces de descarga Torrent, Jigdo o HTTP.
Ubuntu, en cambio, está específicamente orientado a usuario final. Tiene menos paquetes. Hay un único CD que contiene todo lo que el usuario medio necesita: ofimática, navegador, reproductor multimedia, juegos, etc.
El marketing de Debian se dirge, claramente, a personas que consideran que las etiquetas de versión son poco orientativas, o que no creen en las actualizaciones frecuentes, o quizá más próximo a la verdad, son administradores de sistemas que asocian las nuevas versiones con problemas. Debian saca pocas versiones. Los usuarios de escritorio de Debian no tienen ningún botón mágico para obtener actualizaciones transparentemente. En Debian, los programas se actualizan paquete por paquete. En teoría esto es mejor porque el programador de un paquete no está supeditado a los plazos de los demás. Pero para el usuario es un auténtico embrollo.
Debian es una organización sin ánimo de lucro, dedicada a la calidad del sistema operativo en si mismo, habitualmente a expensas de otros proyectos menores como su website o las pantallas de arranque, e incluso intentos de atraer a una base de fans. Se dedican a escribir cosas como el Contrato Social de Debian en el cual prometen que la organización nunca saldrá a bolsa ni sacarán versiones de pago.
El problema [para Debian] es que al usuario medio le importan un bledo las cosas como el Contrato Social, porque está acostumbrado a pagar por el software siempre y cuando le solucione un problema a corto plazo.
Ubuntu dice que mantendrá el sistema operativo gratuito, pero no hay tal cosa como un contrato social como el de Debian. En cambio, hay un bonito website, una colorida pantalla de arranque y una premeditada política de culto.
En Ubuntu han hecho un concienzudo trabajo de marketing para asegurarse de que los usuarios comulgan con sus ideas. Y he aquí cómo:
Ubuntu tiene foros oficiales, con avatares, firmas y emoticons que contrastan con las feas listas de distribución de Debian. Ubunto es visualmente atractivo. Si instalas Debian, el escritorio es, más o menos, el de por defecto de Gnome, que es bastante espartano. Ubunto, en cambio, tiene un bonito y brillante en color marroncito que viene pre-configurado desde el principio. Y, lo más importante, la marca de Ubuntu viene tatuada por todas partes en el escritorio.
Por último, viene la parte más terrorífica de todas. En Breezy cambiaron la ubicación de la imagen para que no fuese tan espeluznante. Pero sigue puntuando un 11 en una escala de 1 a 10 de cosas extrañas. Se trata de la siguiente foto:

Así que, ¿dónde esta la diferencia entre Debian y Ubuntu? Realmente no hay mucha.
• La palabra Ubuntu aparece por todas partes
• El escritorio tiene un bonito tema marron pre-configurado.
• La selección de aplicaciones es diferente
• Ubuntu usa sus propios repositorios de aplicaciones
• La diferencia real es si no quieres ser el usuario típico.
La pregunta final es ¿El éxito de Ubuntu se debe al sistema operativo en sí mismo o se trata del triunfo de una variante de Debian altamente promocionada? Con esto en mente ¿hay demasida atención de prensa alrededor de Ubuntu?

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