Ricardo Galli comenta en su blog lo que para mi es la razón nº1 en contra de las patentes de software: las patentes de software incumplen el contrato social.
Sobre este tema ya se ha hablado mucho, pero es tan importante que creo que vale la pena repetirlo.
Originariamente, las patentes se crearon como un medio de que los gremios no mantuviesen secretos industriales. Se liberaba el conocimiento del gremio a cambio de una retribución.
Pero con las patentes de software no se libera ningún conocimiento.
Además, no tiene sentido otorgarlas porque para poder explotar lo descubierto necesariamente hay que liberarlo. Si alguien inventa los menús contextuales que aparecen al clickar el boton derecho del ratón, no es necesario otorgarle ninguna patente porque no hay ninguna forma de que explote el hallazgo sin que todo el mundo sepa cómo se hace.
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