Hoy publica Pablo Romero en el navegante un controvertido artículo titulado ¿Quién usa GNU/LinEx? que recoge tanto las opiniones del jefe de servicio Jesús Rubio como las críticas del portavoz del PP extremeño José Antonio Monago.
Independientemente del despliege real de GNU/LinEx hay tres puntos muy importantes a destacar en Extremadura:
1º Tomar iniciativas (aunque sean erróneas) es mejor que no hacer nada.
En política uno puede pasar cuatro años por el gobierno como de puntillas sin hacer prácticamente ninguna cosa y salir re-elegido con tal de no haberse metido en polémicas serias por el camino. LinEx fue una decisión valiente, necesaria y con un punto de riesgo. Y, desde luego, es mejor que gastar millones y millones en sesudos estudios sobre la sociedad de la información año tras año que, al final, se quedan en un armario criando malvas.
2º El SL se despliega primero en educación porque es un bastión estratégico.
Tiene mucho sentido que el Software Libre esté más implantado en la aulas que en otros lugares. Es más, el uso del SL en las aulas es necesario para su expansión fuera de ellas. Como todas las innovaciones, el Software Libre tiene un proceso de adopción y este proceso no puede ser un cambio brusco y simultáneo porque se trata de una tecnología disruptiva y mayormente incompatible con la anterior.
3º La Junta puede ser usuaria de software libre y propietario simultáneamente.
No hay ningún conflicto en que la administración autonómica compre en cada caso la solución que mejor le parezca.
Ningun producto cubre todas las necesidades.
Si uno quiere un ordenador para jugar se compra Windows XP, si quiere ejecutar FreeHand se compra Mac OS X, si quiere navegar por Internet y escribir unos documentos se instala Linux.
No tiene nada de extraño que los parlamentarios usen Windows o el Servicio Extremeño de Salud adoptase SAP for Healthcare.
Adopción de LinEx
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