Mucho ha cambiado en el sector informático desde que Microsoft lanzó Windows 1.0 el 20 de noviembre de 1985, hace ahora casi 20 años.
Mucho ha cambiado también para Microsoft como puede leerse en un artículo titulado Microsoft Schizophrenia publicado recientemente por The Economist. Que describe el conflicto interno de una empresa que deja atrás su adolescencia para adentrarse en su madurez.
Fue hallá por 1998 cuando oí a Jan Baan preguntarse a si mismo ¿qué son 20 años en la vida? A esa edad uno apenas está empezando la universidad y empiezan a considerarle un hombre de verdad.
Microsoft ha triunfado en gran parte gracias al fino olfato estratégico de Bill Gates. Capaz de reinventar la empresa prácticamente cada 5 años. Y cuando digo reinventar no me refiero sólo a tener una idea brillante, mucha gente tiene buenas ideas, sino a la capacidad de movilizar toda la maquinaria organizativa necesaria para materializar la visión en forma de beneficios económicos gracias a una adecuada orquestación logística, comercial, publicitaria y financiera.
Ahora Microsoft parece sufrir una crisis de identidad. No sabe si quiere que su próxima conquista estratégica sea el mercado de las videoconsolas, el de las PDAs, el de los electrodomésticos, el del PC de escritorio, u otro.
Lo único que parecen tener claro es que deben prepararse para la eventualidad de que Office dejase de ser la gran vaca lechera de la empresa. Y en ese proceso de reconversión andan gastando miles de millones de dólares en conquistar nuevos mercados.
En vez de gastar tanto dinero en abogados, quizá deberían observar un poco la estrategia actual de IBM, empresa decana en su sector, y plagiar algo de la experiencia corporativa acumulada a lo largo de los años en el gigante azul.
Observar y copiar es lo que se le da bien a Microsoft. Lo decía Lluis Bassat hace años respecto de Ogilvy: «aquí tenemos el mejor departamento de investigación del mundo, investigamos todo lo que funciona y lo copiamos». Esa es la especialidad de Microsoft, hace que lo fácil sea más fácil y olvidarse de lo que es difícil. Sólo que parece que últimamente se les hayan olvidado un poco sus propia capacidades.
Actualización: The real difference between Microsoft and Google (Dana Blankenhorn)
Microsoft y el drama de reinventarse a uno mismo
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