Especulando con el conocimiento

Hace un tiempo leía una curiosa noticia en Newsweek sobre el start-up creado en el año 2000 por Nathan Myhrvold (ex CIO de Microsoft). Su compañía Intellectual Ventures se dedica a comprar derechos de propiedad intelectual y patentes que sean explotables para especular con ellos y revenderlos.
Hasta ahí el caso no pasaría de ser una anécdota de empresa que hace dinero legítimamente aprovechándose de las leyes vigentes.
Lo que ha elevado mi nivel de sorpresa ante el marco actual de acontecimientos, es el reciente anuncio de colaboración entre Black Duck y OSDL.
Black Duck es un ISV especializado en proveer soluciones para facilitar el proceso de asegurar que el software fabricado por una empresa no viola ninguna patente ni propiedad intelectual.
OSDL es conocido principalmente por emplear a Linus Torvalds.
La necesidad de contratar a una consultora externa sólo para asegurar que uno no viola inadvertidamente la ley debería llevarnos a una pregunta muy seria: ¿Cual es el coste de incorporar en un proceso productivo todas las garantías de que no se viola ninguna patente?.

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