Fracasa el intento por controlar el tráfico en Internet

El Mundo informa de que las negociaciones en la conferencia de la UIT en Dubai sobre un tratado global para controlar la Red dan escasos resultados debido a la negativa de la mayoría de las naciones de Europa occidental, EE.UU., Canadá, Australia, Filipinas, Polonia, Egipto, Kenya y la República Checa entre otros a firmar la nueva redacción del tratado que incluía cambios en La Red para posibilitar el control de los contenidos que circulan por ella.

Vinton Cerf había calificado a los lobbies del nuevo tratado como un «raza de dinosaurios cuyo cerebro es del tamaño de un guisante«. Y también otros grupos como Anonymous habían expresado su profundo rechazo al nuevo tratado.

¿De qué va la historia?

Bien, el meollo de la discusión se centra en un estándar tecnológico llamado Deep Packet Inspection (DPI) que, a grandes rasgos, permite que un ISP identifique el contenido del trafico que circula por la red.

Hay una muy buena descripción de los usos e implicaciones de DPI en el estudio realizado Christian Fuchs de la universidad de Uppsala titulado Implications of Deep Packet Inspection (DPI) Internet Surveillance for Society (PDF).

De la estandarización y uso de DPI se beneficiarían principalmente los gobiernos con intenciones censoras y los ISP. Y los mayores perjudicados serían los internautas y los proveedores de servicios como Google, Twitter o Blackberry. Es, en mi opinión, poco probable que DPI fuese eficaz para controlar el ciberterrorismo a menos que los terroristas fueren bastante descuidados o bastante torpes, aunque la idea sería, en principio declarar ilegal el uso de cualquier tecnología para eludir DPI convirtiendo en delito el tráfico de comunicaciones encriptadas de tal manera que no se pueda saber lo que contienen.

Para los gobiernos la capacidad de detectar contenidos indeseados en el tráfico y bloquear usuarios o recursos es claramente un medio de censura muy apetecible. Pero los intereses quizá menos evidentes son los de los ISPs quienes llevan ya un tiempo intentando cobrarle a los sitios Google un pellizco de los beneficios que sacan de los usuarios. DPI permitiría a los ISPs dar prioridad a unos paquetes sobre otros en función de su contenido creando, potencialmente, un mercado en la venta de prioridad de tráfico. Pero, además, al conocer el contenido de los paquetes los ISPs podrían competir con Google en el mercado de la publicidad personalizada que ahora mismo funciona mediante un sofisticado sistema de intercambio de cookies que trazan la actividad del usuario en el PC y se usan para generar publicidad personalizada.

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