Pues van unos tipos y deciden montar una incubadora para apoyar a emprendedores llamada Okuri Ventures en la Calle Bravo Murillo (con dos cojones). Y va el Ayuntamiento de Madrid y decide que ese no es el lugar para hacer ese tipo de cosas debido a que la actividad no se ajusta a la licencia 626/91/007 porque la normativa urbanística prohibe (al parecer) que en Tetuán se instale un sitio donde un grupo de mentores e inversores colaboran para intentar sacar adelante a unos héroes.
¡Venga! Vamos a seguir así entre todos. Al final seguro que conseguimos hundir el corcho.