Tipos de personas influyentes

Manuel Gross Osses ha traducido en Pensamiento Imaginactivo los
16 tipos de personas influyentes de las Klout Classes un sistema que no sólo intenta medir la influencia de un usuario en Twitter sino también la tipología de contenidos que difunde.

Me gustaría recalcar el matiz de influyente un Twitter, dado que Twitter es como Matrix, tanto que algunos hasta creen que en un pais de 80 millones de personas y un 34% de analfabetismo Twitter ha catalizado realmente la re-edición norteafricana de la primavera de las naciones de 1848.
¿Qué entendemos por ser influyente? ¿Influyente en qué y para quién?

En EE.UU. lo tienen al parecer bastante claro, como Carmen López comentaba en Ojointernet en 2008 los 25 estadounidenses más influyentes en Internet son prácticamente todos empresarios exitosos.

En España, también hay listas de empresarios influyentes en Internet, pero como hay menos multimillonarios rutilantes, se admiten en los listados influyentes sin un duro. Según el ranking que se escoja, en otras ocasiones hay asimismo sesgos en favor de periodistas y blogers como en el Top 25 de El Mundo. Y, por último, están las listas personales como la de Javier Martín en 2006 la de la de Ismael El-Qudsi en 2007, o la de los 28 VCs twettiriteros de Maximiliano de Muro.

De modo que el «factor pelootazo» importa. Si has montado un negocio que funcionó espectacularmente bien tus probabilidades de convertirte en influyente aumentan muchísimo. Pero en el pelootazo en si mismo no es suficiente, deben concurrir dos factores adicionales más: 1º) una voluntad explícita de llamar la atención, y 2º) no vale forrarse con cualquier tipo de negocio, tiene que ser un negocio Internet B2C lo suficientemente cool.
Yo, personalmente, no hago demasiado caso a la gente que le ha ido bien una vez y viven de los réditos. Respeto a tres tipos de empresarios: a los emprendedores en serie, a los que llevan en la brecha mucho tiempo, y a los que se han dado algún buen tortazo. Esto es porque a los que les ha ido bien una vez normalmente no han aprendido casi nada y suelen ser unos pedantes que se piensan que la jugada les salió mejor que a los demás porque ellos son más listos.

En ausencia de un buen caso de éxito personal (en realidad sólo hace falta uno). El atajo más sencillo y eficaz para convertirse en influyente es explotar la polémica como hacen los partidos políticos. A falta de buenas ideas pues simplemente se tira de ideas incendiarias para mantener la atención de la audiencia. Hoy mismo me comentaba Juantomás que su post porqué hay que cerrar Internet ha sido uno de los más populares en su dilatada trayectoria como blogger. Y aún siendo un post bastante lúcido, yo creo que estábamos de acuerdo en que no es ni lo más nuevo ni lo más brillante para nada que se le haya ocurrido, sino que lo que contiene es una larguísima dosis de ironía y de semilla polémica.

Con respecto a los gurús auténticos (porque también hay mucho aprendiz de gurú), yo los clasificaría en dos grupos: el gurú profundo, y el gurú ingénuo. Al primero casi nadie le entiende, ni mucho menos le hace caso hasta que tiene 80 años o está muerto y una abrumadora orgía de pruebas confirma sus hipótesis. Al gurú profundo, del tipo Alvin Tofler, la gente no le hace caso porque tiende a dar explicaciones complicadas de las cosas, a fin de cuentas el mundo no suele ser precisamente simple. Al gurú ingénuo se le identifica porque siempre parece estar fascinado con alguna novísima área de interés que en el futuro (más bien lejano) será la rebomba. El gurú ingénuo realmente no tiene mucha idea de lo que está diciendo, acierta y se equivoca a partes iguales, pero tiene la capacidad de explicar las cosas con tal entusiasmo, convicción y simplonería que la gente cree que realmente está entendiendo lo que les cuenta.

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