Fue a Juantomás hace ya años a quién por primera vez le oí sugerir la gran utilidad de un blog o un wiki como herramienta de elaboración de informes bélicos para las unidades destacadas sobre el terreno.
Ahora es posible comprobar cómo los más de 91.000 documentos sobre la guerra de Afganistán que Wikileaks ha publicado en Kabul War Diary son lo más parecido a un blog colectivo que uno pueda imaginar.
En EE.UU. se ha abierto una gran polémica sobre si es lícito proteger a las fuentes de Wikileaks que han filtrado la documentación sobre operaciones militares.
Los defensores de Wikileaks apelan a la Primera Enmienda de la Constitución Norteamericana que garantiza la libertad de expresión y la libertad de prensa. Dicen que por fin ha aparecido una fuente de información que no está controlada por sus sponsorizadores publicitarios y gubernativos.
Los detractores, por su parte, argumentan que Wikileaks no es periodismo, y que, por consiguiente, no está protegido por la primera enmienda. Y en un punto tienen razón: colgar en la web documentos militares en crudo no es periodismo sino un severo acto de irresponsabilidad. Los informes de campo incluyen detalles sobre dónde estaban las unidades desplegadas en cada momento, qúe tipo de enfrentamiento se produjo, cuántas bajas sufrió cada bando, etc. Se puede saber cuánto tarda (más o menos) en llegar un helicóptero de evacuación médica o un avión de ataque AC-130.
El debate público sobre Wikileaks ha perdido el norte hasta tal punto en que se discute sobre si es legal o no permitir que alguien desvele los detalles de las operaciones militares si tener en cuenta la cantidad de vidas de soldados aliados que puede costar el hecho de que el enemigo tenga dicha información. Y es que, al darle esa información a la opinión pública también se la han dado, de rebote, a los talibanes.
Hacer periodismo es tomarse la molestia de leerse esos 91.000 documentos e informar a la ciudadanía con veracidad y objetividad sobre hechos relevantes ocultos que de ellos puedan inferirse.
Wikileaks es un gran paso adelante en la libertad de expresión. Ojalá en España tuviéramos uno dedicado a poner al descubierto los entresijos del gobierno central, las comunidades autónomas, los ayuntamientos y los partidos políticos.
Pero no es lo mismo filtrar informes sobre quién le ha adjudicado a dedo un contrato a quién, o quién a metido mano en tal caja, o quién se ha comprado qué cosa por cuenta de los fondos públicos, … que filtrar detalles específicos sobre operaciones militares.
Wikileaks y el Kabul War Diary
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