Tras 16 años de trámites, el alcalde Ruiz-Gallardón y el ministro Sebastián se dieron cita junto a otros notables el pasado día 14 en la fábrica abandonada de la extinta Boetticher y Navarro para poner la primera piedra del proyecto que convertirá la destartalada nave ex-refugio de indigentes en la futura Catedral de las Nuevas Tecnologías. Se trata del proyecto singular más ambicioso del Plan Avanza con un presupuesto de 42 millones de euros.
La Catedral es una iniciativa pionera, y ojalá siga los pasos de referentes mundiales como M.I.T. en EE.UU., Digital HUB en Irlanda, ARS Electrónica Linz en Austria, ZKM Karlsruhe en Alemania o MIRAIKAN en Japón.
El hecho de que, además, dentro de los objetivos estratégicos del centro se encuentre el Software Libre, y más específicamente Ruby on Rails, convierte al proyecto en algo doblemente notable. Aunque por cierto que si bien la nota de prensa en Munimadrid alude específiamente al Software Libre, la actuación del Plan Avanza no menciona ni una palabra sobre Software Libre.
Los centros como La Catedral son necesarios y, genial, porque podría servir como el epicentro de un muy necesario cluster TIC en Madrid. Pero también es una forma de matar moscas a cañonazos. El Ayuntamiento de Madrid pide un préstamo millonario para una actuación urbanística de recuperación de una zona de la capital fuertemente azotada por la reconversión industrial de los 80 y 90. De este préstamo sólo una mínima parte se dedica realmente a promoción de la innovación. Adicionalmente, se mezcla lo social con lo político y lo económico, metiendo en los objetivos del proyecto el apoyo a las PyMEs, la reducción de la brecha digital en la ciudadanía y hasta una oferta de ocio digital para adolescentes.
Es tristísimo hablar con los funcionarios de las administraciones, muchos de los cuales pertenecen a una nueva generación que tiene las cosas bastante claras. Y constatar cómo en las administraciones tienen atados los pies y las manos por el estrato político que sigue sin entender ni un ápice sobre la innovación.
Recuperar la nave Boetticher y Navarro en Villaverde está bien. Apoyar al Software Libre está bien. Desarrollar la sociedad de la información está bien. Endeudarse a lo bestia mezclando churras con merinas en un proyecto que tiene demasiados objetivos difusos es algo bastante más cuestionable. No sólo cuentan los resultados, también cuenta la eficiencia con la que se emplearon recursos para conseguir los fines.
Y concluyo con una paráfrasis de Marx de los guionistas del Dr. House que José Luis me ha comentado hoy acerca de la religión y las catedrales:
La religión no es el opio del pueblo, la religión es el placebo del pueblo”.
Primera piedra en La Catedral de las Nuevas Tecnologías
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