Hace ya algún tiempo que me estoy deshaciendo de todos los libros que tenía en casa. Excepto por unos pocos ejemplares de especial valor sentimental, la verdad es que la mayoría de los ejemplares siguieron la suerte que depara al papel en Fahrenheit 451.
No tiene sentido conservar un libro ¿para qué? Rara vez uno lo relee, y, si se trata de un ejemplar de consulta, para cuando se va a consultar, normalmente ya está obsoleto y es mejor consultar otra edición.
Steven Johnson publica en Wall Street Journal un artículo titulado How the E-Book Will Change the Way We Read and Write en el que destaca algunos cambios importantes que sufrirá el libro tal y como lo conocemos.
1. El número de página desaparecerá. Ya que la paginación depende del tamaño de la letra y del papel, en un dispositivo donde ambos pueden variar no tiene sentido hablar de lo que se encuentra en la página número tal o cual. En su lugar, todas las páginas deberán ser reemplazadas por URLs.
2. Los autores empezarán a optimizar las páginas y los capítulos para Google. Dado que la relevancia de un libro dependerá de su PageRank, se optimizará la redacción de los textos de modo obtengan mejor posición en los buscadores.
3. Se empezará a licenciar el libro por capítulos y no por volúmenes enteros. En realidad, lo que yo creo que sucederá es que la longuitud de los textos (excepto las novelas) se volverá mucho más corta. Esto es debido a que con un libro, es preciso escribir 100 ó 200 páginas de contenidos para poder justificar porqué se le piden al lector 50 por un ejemplar. Pero, con una distribución prácticamente gratuita se pueden vender contenidos pequeños por 1 ó 2 euros.
Adiós a los libros
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