El Efecto Titanic consiste en lo siguiente:
Cuanto más impensable parece un desastre, más inimaginables son las catastróficas consecuencias que se producen.”
Otros lo llaman, “creer en las luciérnagas”. Es un error muy común en las personas dejarse deslumbrar por las cosas grandielocuentes y los fuegos artificiales.
Es curioso que se siga pensando que cuanto más grande es una organización tanto más fiable es su solvencia. Cuando todas las evidencias de corralitos y quiebras demuestran empíricamente lo contrario, que estas organizaciones abusan de su buena reputación para endeudarse hasta las orejas.
Lo mismo que nadie se preocupó de si el Titanic chocaba con un iceberg y se iba a pique, nadie se preocupa en investigar si realmente las organizaciones presuntamente más solventes lo son en realidad.
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