En la batalla hay al menos una decisión que se toma de forma democrática: y es la de retirarse, sucede cuando los soldados deciden colectivamente que quien huye y salva la vida puede luchar otro día, y entonces se desbandan y desertan deshoyendo las órdenes del jefe de su unidad.
Fernando Acero inició el pasado martes en la lista de socios de Hispalinux un hilo de conversación sobre el post La Farsa del Software libre en Extremadura en el cual se denuncia la falta de migración real a Software Libre en la Junta a pesar de los pomposos anuncios realizados año tras año al respecto.
El debate posterior se centró en si es necesario discriminar positivamente con intensidad al Software Libre o es suficiente con apoyarlo con tibieza y dejar que las circunstancias hagan el resto del trabajo.
El primer factor a tener en cuenta es que en Extremadura existe voluntad política de uso de Software Libre. Está bien criticar que los políticos hablan y se ponen medallas y luego no hacen nada de lo prometido (de lo contrario no serían políticos). Pero hay sitios donde ni siquiera se fijan los objetivos que se ha fijado la Junta de Extremadura. Y si bien con mucha verborrea política y poca materializacion operativa se progresa a trancas y barrancas, sin el patrocinio político adecuado lo que sucede es que las cosas no se llegan ni a empezar.
¿Qué en tal o cual consejería siguen usando ASP.NET y Transact-SQL? Bueno ¿y qué? Seguro que también siguen usando Clipper o RPG o a lo mejor hasta cosas aún más vetustas. Como bien se dice en la conversación de Hispalinux, una migración tecnológica se ha comprobado empíricamente que es algo muy complejo y que no se puede hacer en 1 ó 2 ó 3 años.
Para mi, el factor clave es ganarse a los usuarios. Aunque parezca lo contrario en una empresa el software que se utiliza se decide de una forma mucho más democrática de lo que pueda parecer en principio.
Eso le pasó a Lotus Notes: IBM vendía grandes licencias corporativas y luego los usuarios lo encontraban engorroso de usar, lento y con cuotas de buzones excesivamente limitadas, y se acababan instalando Outlook por su cuenta y conectándolo por POP3 contra el servidor de correo para poder tener sus archivos PST ballena de varios Gigas de correo histórico.
Ningún director de sistemas de información pidió que se extendiese el cáncer de Microsoft Access por todos sus equipos clientes. Pero como no se podían crear bases de datos cliente-servidor bien normalizadas a la velocidad que requerían los usuarios, pues estos empezaron a crear sus propios silos de datos privados adaptados a la medida de sus necesidades.
El software que se gana a los usuarios triunfa, aquel que se intenta imponer desde arriba fracasa, y acaba irremediablemente siendo un producto de software que sólo sirve para que sus coloridos manuales de usuario decoren y críen polvo en las estanterías.
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Ganarse a los usuarios
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