Steve Jobs publicó en su carta del pasado febrero Thoughts on Music que Apple se había tenido que incluir DRM en iTunes porque era la única manera de atraer a las cuatro mayores firmas discográficas.
El propio Jobs reconocía en su escrito la inconveniencia para consumidores y tiendas del música del DRM.
Esto es porque para los fabricantes de reproductores (como iPod) el DRM es comercialmente nefasto.
Ahora Ina Fried informa en c|net que EMI empezará a vender canciones sin DRM en Zune.
Aunque el director de marketing de Zune, Jason Reindorp, haya dicho que «son conscientes desde hace tiempo de que los usuarios quieren tener contenidos desprotegidos» lo triste del caso es que las regulaciones del mercado se dirimen entre los intereses de las corporaciones y no de los consumidores.
Yo creo que si en España hubiese una industria potente de fabricación y exportación de CeDerrones y discos duros, ni siquiera se hablaría del canon en los medios.
Lo que pasa es que a las discográficas se les pasó que tenían que comprar Apple en su momento (quién iba a esperar que el iPod fuese a dar tal campanada). El control de los dispositivos físicos de reproducción es un paso natural para los gestores de contenidos, ya que, en definitiva al fabricante del reproductor lo que le interesa es que la disponibilidad de contenidos (legales o piratas) sea lo más amplia posible.
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