En el blog de Jorge Cortell pueden leerse los avatares de su abortada conferencia sobre P2P.
Según su versión, Cortell fue invitado a dimitir de su puesto como profesor extrauniversitario en la UPV tras enviar un burofax a la policía en el que les advertía que pretendía descargar música de internet durante una conferencia que fue finalmente vetada por el rectorado bajo supuesta presión de la SGAE.
Me ha resultado muy curioso que cuando recientemente tuve el privilegio de visitar el Massachusetts Institute of Technology, habían expulsado a un alumno por conducta desordenada en la vía pública. Los decanos del M.I.T. consideraron que para merecer un título académico no es suficiente con aprobar los exámenes, sino que, además, uno debe exhibir una conducta personal cívica y ordenada.
Por aquel entonces pensé cuan diferente era el sistema español donde (aparentemente) consideramos desvinculadas las opiniones personales de alumnos y profesores de su aptitud académica.
Pero creo que empezaré a cambiar de opinión. Personajes como Stallman o Chomsky que subsisten a pesar de todo en EE.UU. aquí, por lo que cuentan, no tendrían cabida.
Quizá sería bueno dialogar un poco más. La verdad es que enviar un comunicado anunciando la intención de cometer un presunto delito suena a Minority Report, y bastaría de pretexto para que a uno le expulsasen de cualquier organización de personas honorables. Pero lo que tampoco se puede hacer es prejuzgar los hechos antes de que sucedan porque ello es la antesala de la censura.
Bronca siciliana en la UPV
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