Las reglas del perro viejo para los negocios

Juantomás me envió hace poco la referencia a un artículo con consejos cargados de honor y buenas intenciones. En la vida es tentador intentar caer en un dogmatismo de principios a ultranza. Sin embargo, cualquier persona realmente cuerda debe ser paradójica, esto es así porque el mundo en sí mismo es una paradoja incomprensible. Con el paso del tiempo todo se acentúa como los surcos de la cara. Uno profundiza en sus principios, aunque, igual que nos cambia impredeciblemente el rostro, los principios que uno afianza en su madurez rara vez se parecen a los que se tenían de joven. Y he aquí a continuación algunas de las reglas prácticas a las que yo he llegado por el método de ensayo y error.

• Si ves un autobus amarillo, sabrás que es amarillo por ese lado, mas nunca asumas a priori que será también amarillo por el otro lado.

• Nadie es de fiar, y los que parecen de fiar a primera vista esos son los más peligrosos de todos.

• Como corolario de lo anterior, por un trabajo cobrarás sólo lo que percibas por anticipado.

• Nunca asumas que alguien no estará lo bastante loco, o lo bastante desesperado como para hacer algo totalmente temerario, estúpido, ilegal o deshonroso.

• La garantía jurídica real no existe. Hagas lo que hagas ponte en una posción legal en la que sólo te tengas que defender, nunca ser la parte demandante.

• Para salir de un pozo lo primero es dejar de cavar hacia abajo. No abras una línea de crédito para tapar un déficit de caja. No contrates ingenieros cuando no tienes ventas para desarrollar funcionalidades con las que presuntamente venderás el producto.

• Hay invertir sólo en bienes artificialmente devaluados. Cuando todo el mundo esté comprando pisos, compra oro. Cuando todo el mundo esté comprando oro, compra divisas. Cuando todo el mundo esté haciendo trading de divisas compra bitcoins. Cuando todo el mundo esté loco por los bitcoins compra derechos sobre recursos naturales.

• En una burbuja hay que entrar antes que nadie y haber salido cuando la masa se haya dado cuenta de ella. Si estás dentro de una burbuja entonces te encuentras en el lugar equivocado.

• El trabajo duro no le importa a nadie excepto a ti.

• Hacerlo muy bien da, en general, mejores resultados que tener ideas brillantes. La práctica es más importante que la técnica.

• El día, hora, minuto y segundo en que tu empresa alcanza su máxima valoración no es el momento de celebrar el éxito, es el momento de venderla.

• Es mucho más fácil de lo que parece contraer involuntariamente una deuda impagable. Nunca hay que hacerse personalmente avalista del buen fin de ninguna aventura empresarial.

• Es importante comprometerse con el mínimo absoluto de ataduras vitales a largo plazo: económicas, laborales, familiares, etc.

• Si tuviste éxito con tu primer negocio, preocúpate, pues probablemente no has aprendido mucho y, por consiguiente, lo próximo que te espera es un tortazo épico debido a tu exceso de autoconfianza.

• El pánico cunde rápidamente y el valor no es una virtud muy común, de modo que mejor si cuentas con algunos mecanismos cohercitivos extra para mantener a la gente en su sitio cuando la cosa se ponga fea.

• Los negocios consisten en cobrar el máximo que se pueda a los clientes y pagar el mínimo posible a empleados y proveedores. Aunque no quieras comportarte así el mercado y los inversores te obligarán a ello. Si te has creído el cuento de la reputación y responsabilidad corporativa pon en los comentarios un ejemplo real de empresa que haya conquistado un mercado con esa estrategia.

• Si indagas en la historia de alguien exitoso, casi seguro descubrirás que aprovechó una oportunidad que se le presentó, no desperdicies la tuya por cuestiones sentimentales.

• Los hombres y las mujeres viven, en general, motivados por incentivos diferentes. A los hombres les motiva el dinero y el poder. A las mujeres las relaciones sociales y el logro. Diseña tus incentivos en función de las aspiraciones de cada persona.

• En general, no es posible hacerlo todo bien y agradando a todo el mundo. Si lo intentas contra viento y marea acabarás probablemente con ganas de suicidarte.

• La mayoría de la gente tiene mucho miedo a perder trabajo. Curiosamente no parecen tener tanto miedo de perder a la familia o a los amigos por causa del trabajo. Aunque es mucho más fácil encontrar otro trabajo que otra familia u otros amigos.

• Al final lo que importa son las relaciones entre las personas, si haces cosas por otros motivos a costa de la gente a la postre te darás cuenta de que cometiste un craso error.

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2 respuestas a Las reglas del perro viejo para los negocios

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