La realidad aumentada podría llegar al mercado de consumo en 2012

Andreu Veà daba recientemente en la Campus Party una predicción de 6 tendencias para 2012. A algunas como el lifestreaming o las búsquedas visuales ya les he dedicado algún post anteriormente. Pero ahora me gustaría detenerme en otra que se lleva ya varios años anunciando y obteniendo financiación en programas de I+D pero no ha llegado aún al público en general: las aplicaciones de realidad aumentada (AR).

Muy brevemente, la realidad aumentada consiste en superponer información digital sobre la imagen de un objeto físico que está siendo visualizado en tiempo real. Evidentemente, para enriquecer la visión del objeto con información extra el primer paso es que el ordenador sea capaz de reconocer lo que está mostrándole al usuario.

En el congreso sobre realidad aumentada celebrado en Londres el pasado mes de junio hubo un gran número de demostraciones con las que quedó claro el interés de las grandes marcas en tecnologías AR, si bien estas mismas marcas reconocen que en 2012 la realidad aumentada llegará como mucho sólo a los adoptadores tempranos.

Probablemente, cuando termine el boom de las startups de aplicaciones para móviles empezará otra ronda de startups de AR. Ya hay de hecho unas cuantas ahí fuera cuyo nombre aún le resulta familiar a poca gente: Layar, metaio, blippAR, Mobilizy, Total Immersion, Zugara, Tonchidot, Seac02, etc. Incluso es posible que en la compra de Autonomy por parte de HP haya tenido algo que ver el reciente intento de posicionamiento de Autonomy en AR.

No obstante las expectativas, la realidad aumentada se enfrenta todavía a algunas importantes barreras para su popularización a largo plazo. En primer lugar hay que conseguir que el público en general entienda de lo que se le está hablando cuando se menciona la realidad aumentada. Hay muchas formas en las cuales esta tecnología cambiará nuestras vidas que varían desde aplicaciones médicas y militares hasta entretenimiento y publicidad todas ellas aplicaciones muy diferentes unas de otras. Por otra parte la mayoría de los teléfonos móviles aún no están adecuadamente preparados pues carecen de los sensores apropiados y de suficiente potencia de cómputo para ejecutar aplicaciones AR. Personalmente desconozco la precisión de los algoritmos de reconocimiento de imágenes en condiciones subóptimas de captación. Es perfectamente posible apuntar un Smartphone a un cuadro a 5 metros de distancia y reconocer de qué obra se trata. Pero en medio de la calle, apuntando a una marquesina de autobús desde un coche en movimiento a 50 metros dudo seriamente que hoy por hoy ningún programa que se pueda ejecutar en un Smartphone de un resultado aceptable. Aún faltan estándares de AR, lo cual ralentiza el despliegue al forzar a los programadores a desarrollar aplicaciones con APIs propietarios que sólo sirven para una determinada plataforma.

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