Análisis y comentarios sobre Anonymous como fenómeno emergente

Uno de los fenómenos emergentes de crowd fighting en curso más interesantes desde el punto de vista de la dinámica de muchedumbres es Anonymous. Los que empezó alrededor de 2006 como una comunidad hacker surgida alrededor de imageboards al estilo de 4chan ha ido adoptando paulatina y espontáneamente la forma de un grupo ciberterrorista cada vez más activista y agresivo en defensa de la libertad de expresión en el que sólo una minoría de sus miembros son hackers.

Antes de entrar en el cuerpo del post, me gustaría poner cierto contexto.
Yo personalmente simpatizo con muchas de las causas de Anonymous, aunque también creo que es inaceptable la idea de que el fin justifica los medios, que en el caso de Anonymous suelen materializarse en forma de un ataque distribuido de denegación de servicio (DDoS). Anonymous afirma que son ataques que no pretenden dañar a la población. Tener que llevar a cabo un «ataque» para que la prensa preste atención a lo que está haciendo una empresa o un gobierno ciertamente dice mucho sobre lo enfermo que está el periodismo profesional. A mi Anonymous me parece en parte una especie de Tribunal de Honor que están expresamente prohibidos por la ley. La pega de realizar una actividad ilegal como arma mediática para denunciar otra actividad más ilegal es que fácilmente los abogados se ceban intentando matar al mensajero, mientras que no se emprende ninguna acción legal contra quienes estaban escandalósamente violando la ley en primer lugar y por ello fueron atacados por el enjambre.

Dicho lo cual, pasemos a la primera pregunta importante ¿qué es Anonymous?

La mejor forma de entender el concepto que los miembros de Anonymous tienen de si mismos es visualizando la analogía con la bandada de pájaros que utilizaron para explicar su actuación en el Proyecto Chanology contra la Iglesia de la Cienciología por considerar que esta trataba de censurar Internet presionando a sitios como YouTube o Gawker para que retirasen un video de Tom Cruise y cuyo desenlace yo diría que se saldó más o menos en tablas. Si bien la Iglesia de la Cienciología consiguió identificar a Gregg Housh y acusarlo de acoso criminal, lo cual le inhabilitó como miembro de la red ya que una de las primeras reglas de Anonymous es que cualquier miembro cuya identidad sea desvelada es automáticamente expulsado, finalmente el juez dejó mayormente en agua de borrajas todos los cargos contra Housh.

Anonymous es otro ejemplo de que una Comunidad descentralizada y auto-organizada puede ser operativamente eficaz. Un hecho sobre el que me parece que vale la pena reflexionar es que la botnet de Anonymous no está formada por ordenadores zombie infectados con troyanos, sino que sus propietarios se descargan el software de Anonymous y aceptan voluntariamente ceder sus recursos computacionales aún a sabiendas de que están casi con toda seguridad participando en un actividad ilegal.

La ciberguerra es muy asimétrica en recursos. En la guerra, históricamente, el bando con una estrategia defensiva solía llevar ventaja a largo plazo sobre aquel con una estrategia ofensiva siempre y cuando este último no consiguiese tomar plenamente la iniciativa bélica. Eso fue así hasta la invención de la artillería, e incluso después, la guerra relámpago basada en blindados fue muy eficaz para conquistar territorios pero poco fructífera a largo plazo. Sin embargo, John Markoff explica en NYT que en la ciberguerra el defensor necesita muchísimos más recursos que el atacante, siendo posible que un pequeño grupo de personas o incluso una única persona supongan una seria amenaza para un estado o una gran corporación. Además, como puso de relieve el asalto de la Syrian Electronic Army a la web de Anon+, en el momento en el que se hace visible Anonymous es susceptible de sufrir un contraataque del mismo tipo que lanza contra sus objetivos.
Amenaza x Vulnerabilidad - Capacidades = Riesgo

La semilla de la discordia se multiplica más rápido que la semilla de la concordia. Está quedando cada vez más claro que la receta para una revolución social es ir prendiendo mechas que al final terminan por hacer explotar algún barril de dinamita.

José Manuel Vázquez comisario jefe de la Brigada de Investigación Tecnológica mostrando una careta de Guy Fawkes incautada a miembros de Anonymous detenidosLa estética de un grupo genera el comportamiento de un grupo. En el caso de Anonymous esa estética se llama Guy Fawkes el cual, desde mi punto de vista, es una elección muy desafortunada como icono. El video sobre la operación Sony perpetrada por LulzSec en respuesta a la demanda de Sony contra George Hotz da miedo. Sony demandó a Hotz por haber publicado en su blog cómo crackear la PlayStation 3 y consiguió que sus abogados obtuviesen las direcciones IP de los visitantes del blog de Hotz que habían tenido acceso al crack. Lo desastroso para Anonymous fue que sólo consiguieron fastidiar a los gamers tumbando temporalmente algunos sitios web de Sony y, además, tras el ataque se supo que Sony y Hotz habían llegado previamente a un acuerdo extrajudicial cuyos términos no fueron revelados. Yo me hubiese sentido más cómodo con la elección de Clark Kent, un tímido reportero con traje gris y gallumbos de superhéroe antes que con un atormentado vengador como modelo de conducta. Aunque los que verdaderamente se cubrieron de gloria mediática fueron el comisario principal de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal y el comisario de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional dejándose fotografiar con una careta de Guy Fawkes tras la detención de los hackers que tumbaron durante unas horas el sitio policia.es, y la exibición del material incautado entre el cual se encontraban, entre otras cosas, la «peligrosa» revista @rroba, un sospechoso smartphone rosa y una letal maza y cadena medieval.

Al asumir la autoría colectiva también están asumiendo la responsabilidad colectiva. Por una inevitable aplicación de la Teoría de las Catástrofes, en algún momento algún anónimo la cagará demasiado y entonces habrá una caza de brujas generalizada contra todos los presuntos miembros y simpatizantes de Anonymous. Otro problema relacionado es que no existe ninguna forma eficaz de expulsar a los miembros indeseables ya que estos siempre pueden reencarnarse en otro avatar anónimo.

Cuanto más grande es el tamaño de un grupo mayor es su tendencia a dividirse espontáneamente. El pasado mes de mayo un anómino con alias Ryan tomó el control de los sitios AnonOps.net y AnonOps.ru y filtró las IP de algunos miembros de Anonymous acusándoles de malgastar los recursos de la muchedumbre en operaciones puramente mediáticas como la de Sony. Y más recientemente se han producido toto tipo de controversias y malentendidos acerca de la Operación Facebook de la cual se han desvinculado muchos medios sociales que hablan en nombre de Anonymous.

El uso social de la tecnología que hace Anonymous es el precedente de aplicaciones futuras. Un muy buen ejemplo es la arquitectura de la red social P2P Anon+ basada en torrents encriptados sobre VPNs entre nodos cuya IP es muy difícil de obtener. Anon+ surgió de YourAnonNews después de que su cuenta fuese baneada de Google+.

Una Comunidad puede ser anónima o amorfa, pero no así sus principios ni sus reglas de funcionamiento. Y para mi ese es el gran problema de Anonymous y su crowdstorming como medio de selección de objetivos. Ni el conjunto de la sociedad ni muchísimo menos las autoridades están dispuestas a permitir la existencia de grupos de los cuales no está claro lo que se puede esperar. Es lo que yo llamaría el Síndrome de Robin Hood: la sociedad está dispuesta a tolerar y hasta apoyar a un delincuente siempre y cuando esté claro a quién va a atacar y por qué va ha hacerlo.

Más en recopilación de noticias sobre Anonymous en The New York Times.

Actualización: Anonymous declara la guerra al ISIS (Javier Cuervo).

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7 respuestas a Análisis y comentarios sobre Anonymous como fenómeno emergente

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