El software y la infraestructura de operaciones

Ya he comentado unos meses atrás algunas de las ideas de Nicholas Carr sobre que en el modelo de SaaS el servicio que se presta es en realidad la infraestructura.
Recientemente Carr plantea en The Guardian que las empresas de software se están viendo forzadas a comprar activos físicos: edificios, data centers, líneas de fibra, etc. para poder mantener su posición en el mercado.
Si bien tanto Sun como IBM han hecho esfuerzos titánicos por convertirse en proveedores externos de infraestructura de TI para grades empresas. Parece que la regla sacrosanta «no subcontratarás tu core business» está llevando a los líderes online como Amazon y Google a mantener in-house toda la infraestructura de hardware.
En el modelo de Software como Servicio (SaaS) lo complicado no es realmente crear el software, sino hacerse con la infraestructura de operaciones necesaria para explotarlo.
Si tienes un software que quieres poner online a disposición de, digamos, 100.000 clientes, necesitas un acuerdo estratégico con un ISP, o, mejor aún, ser tu mismo un ISP. También necesitas un call-center 24×7 multi-idioma. Y un procesador de medios de pago capaz de operar con tarjetas de crédito de todo el mundo.
El principal motivo por el cual se acaba haciendo in-house es porque para un ISP es muy difícil comprometerse a un acuerdo de nivel de servicio (SLA) sobre un software que no conoce.
Un ISP necesita tener un conjunto de servidores lo más homogéneo posible para reducir sus costes. Pero no sólo eso, necesita también que el software que corren dichas máquinas sea también lo más simple y auditable posible. Los ISPs ofrecen MySQL porque es gratis, pero también porque de las bases de datos libres es la más simple y la más fácil de mantener bajo control. Un ISP no puede permitirse el lujo de introducir un Alien en su plataforma que empiece a generar incidencias de soporte muy difíciles de diagnosticar.
Una posible solución, desde luego, es no vender SLA sino simplemente horas de CPU, espacio en disco y ancho de banda, pero, entonces ¿dónde está el valor añadido?
En los próximos años veremos que una de las mayores barreras de entrada al negocio del software no será el marketing o la capilaridad comercial de las grandes empresas sino la dificultad para crear una infraestructura de TI capaz de soportar un negocio de escala global con disponibilidad 24×7.

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