La táctica Casanova

Iba a escribir un comentario sobre el Tío Rayo y el mobbing a morosos de Alfredo, pero al final me lo he traído a un post aquí.
Alfredo propone esencialmente crear redes privadas de intercambio de información sobre la reputación de las empresas.
Se ha comprobado en varias ocasiones que exponer públicamente las vergüenzas de aquellos que no cumplan con sus compromisos es una medida eficaz en muchos casos.
No obstante, también hay contra-ejemplos, donde la práctica no funciona.
En algunas profesiones, lo mejor que uno puede hacer con su reputación es perderla lo más rápido posible. Si no tienes ninguna reputación que mantener ya no tienes que preocuparte por ella.
A esto lo llamo yo la Táctica Casanova: todas las mujeres con las que te acuestas saben que eres infiel y no les importa.
En inmobiliaria el difunto Jesus Gil marcó un antes y un después en la ejemplificación de cómo perder toda la reputación y sobrevivir en el intento.
Y luego está el caso de ese aruquense que perdió del golpe 14 puntos del carnet de conducir (sobre un total de 12) y a la semana siguiente le volvieron a pillar, total ya no podían volverle a quitar el carnet.
También hay ejemplos en las empresas, Wanadoo, dicen, tiene pobre atención al cliente, y ahí siguen, gracias a que la gente continua comprando sus ADSL posicionadas en precio por debajo de las de Telefónica.
Otras empresas venden consultoría body shop de recursos humanos mal pagados y peor motivados. Todo el mundo sabe la clase de políticas de personal que tienen, y aún así tienen su mercado.
Aunque los Casanovas más fastidiosos, probablemente, son los políticos, que últimamente han aprendido que pueden acostarse con cualquiera y al día siguiente irse de rositas saliendo a hurtadillas por la ventana antes de que llegue el cónyugue.

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