El perfil del empleado perfecto

José Luis me mandó hace unos días una referencia a Knocking the exuberance out of employees, un post de Kathy Sierra.
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Dieciseis razones por las cuales un robot es mejor que un empleado
1ª) Los robots no desafían el status quo.
2ª) No hecen preguntas incómodas.
3ª) Son 100% obedientes.
4ª) No necesitan días libres para sus asuntos personales.
5ª) No tienen vida fuera del trabajo.
6ª) Nunca hacen quedar mal al jefe.
7ª) Se visten exactamente como tu quieres.
8ª) No tienen opiniones obstinadas.
9ª) No tienen pasión, y, por tanto, nada por lo que «luchar».
10ª) Siempre están dispuestos a hacer cualquier cosa por ingrata que sea.
11ª) Son los genuinos trabajadores en equipo.
12ª) No protestan cuando los controlas hasta el último detalle.
13ª) No les importa como sea su puesto de trabajo ni equipamiento.
14ª) Nunca piensan en robarte el puesto.
15ª) Son chivos expiatorios perfectos.
16ª) Se llevan bien con los zombies.
¡¡¡Peeeero….
Todo esto estaría muy bien si los otros empleados y los clientes fuesen realmente robots PERO NO LO SON.

Mr. Spock Hubo un tiempo en el cual las series de televisión representaban la quinesencia de la inteligencia como un ser que se había liberado de sus emociones hasta alcanzar la lógica pura.

Ahora sabemos que precisamente por estar desprovisto de la capacidad para reconocer e interpretar las emociones dicho ser no podía ser inteligente.

Mr. Data Los propios creadores de la serie se dieron cuenta de esta limitación y, en el siguiente generación, trataron de mostrar los problemas intrínsecos que acarrea la incapacidad para sentir empatía.

¿Y qué tiene esto que ver con el Software Libre?
Muy sencillo, lo que los altos ejecutivos de las empresas de software propietario no han entendido es que el Software Libre no es sólo un producto o una marca, sino también un mensaje emocional dirigido al corazón de las personas.
Durante los años 80 se desarrolló la creencia de que en última instancia, las multinacionales debían invertir en la creación de marcas y no de productos. Eso lllevó al cierre de muchas grandes factorías estadounidenses e inaguró la era de la deslocalización. Hasta la fecha actual en que lo que se lleva es capitalizar una marca al estilo de lo que ha hecho Apple con iPod.
Véase el BrandChannel reader’s choice 2005
BrandChannel reader's choice 2005
Fuente: brandchannel.com
Vale la penar notar que muchas de estas marcas no están basadas en el producto sino en la experiencia de usuario o incluso en sus valores: «no evil» en el caso de Google, «innovación y diseño» en Apple, «comercio justo» en Starbucks, «libertad» en Firefox.
Esto es porque la siguiente gran era del marketing no son los productos ni las marcas, son las emociones. Y para transmitir emociones se necesitan empleados capaces de sentirlas. En el opulento primer mundo los clientes ya tienen todas sus necesidades básicas más que satisfechas y sólo buscan esencialmente dos cosas: comodidad y sentimientos. Por eso nadie que siga esforzándose en crear una factoría de robots tiene ningún futuro empresarial.
A modo de ejemplo de lo que digo ver el spot del 50 aniversario de TVE.

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