Con La Ley hemos topado

Es bien sabido por cualquier informático curtido que un proyecto puede progresar sólo hasta que se topa con el departamento legal.
Para los juristas, el tiempo, sencillamente, discurre de una forma diferente que para los informáticos.
Algo así como la regla esa del dedo gordo que dice que hay que contar siete años humanos por cada año de un perro.
El jueves pasado estaba en Aventia hablando con mi amigo Antonio Miranda y unos comapñeros suyos, y salió el tema del cumplimiento de la LOPD, y nos partíamos de la risa: «ningún producto de software cumple eso», decía uno de los presentes.
Linus Torlvals decía recientemente en Red Herring que las trabas legales son actualmente uno de los mayores desafíos del Software Libre.
Peor aún que la parsimonia con la que se mueven muchos asesores legales, es su nivel de desinformación. Hoy leía en un medio respetable como silicon.com las «recomendaciones» de Paul Barton, abogado de la firma Field Fisher Waterhouse LLP. Hay afirmaciones que demuestran lo perdido que está :
Ejemplo: «[…] la mayoría de las licencias libres están estructuradas en favor del contribuidor y no del licenciatario […] Las licencias libres contienen muy pocas (si acaso alguna) de las garantías que pueden ser generalmente incluídas en software propietario. Aquellas relacionadas con la idoneidad del software para un propósito particular o el cumplimiento de una determinada especificación. No hay usualmente compromisos contractuales de calidad ni idoneidad. El licenciatario debe asumir el riesgo de cualquier error en el código, y dado que hay muchos contribuidores, hay numerosas oportunidades para introducir código infractor. Crucialmente la licencia libre no incluye ninguna protección frente a demandas de propiedad intelectual realizadas por terceros.»
A ver si repitiéndolo un y mil veces conseguimos que cale la verdad :
Las licencias libres ofrecen exactamente las mismas garantías que las propietarias, o sea, NINGUNA.
Si aparece un agujero de seguridad en Windows 2003 Server y te roban una base de datos de 1 millón de registros y el juez te impone una multa de 1€ por registro, es decir, 1.000.000€, Microsoft se limitará, en el mejor caso, a devolverte el dinero que pagaste por Windows 2003.
Y es razonable que ni Microsoft, ni Red Hat, ni ningún otro, tenga que pagar. La culpa del robo no la tuvo el programador de Microsoft, quien seguro que hizo el programa lo mejor que supo y pudo.
Y luego hay garantías que te desternillas de la risa. Cito textualmente la EULA de Windows XP Home:
Microsoft garantiza que el software se comportará sustancialmente de acuerdo con lo que dicen los materiales de acompañamiento por un periodo de 90 días desde la fecha de recepción […] PARA CUALQUIER DEFECTO DE CUALQUIER TIPO DESCUBIERTO TRAS ESTE PERIODO DE 90 DÍAS, NO HAY NINGUNA GARANTÍA
Las licencias de Oracle vienen a decir poco más o menos que te has comprado algo como una escopeta de feria que te puede explotar en la cara cual puro de broma en cualquier momento.
Y sobre las «oportunidades de los contribuidores para introducir código malicioso», es una afirmación que sólo demuestra el total desconocimiento de Barton sobre lo que cuesta que te acepten una contribución. Matt Assay cita que a los desarrolladores de IBM les llevó dos años que les tomaran en serio y les reconocieran el status de «comitter» en Linux.

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