WiFi Municipal y Neutralidad

Enrique Dans se hace eco en su post una red sin carriers de la ponencia de Lawrence Lessig en LinuxWorld en la cual sugiere que un conglomerado de redes WiFi municipales podría llegar a vencer [en EE.UU.] a los políticos y los carriers en la llamada batalla por la net neutrality liberando la última milla del control de empresas como AT&T o Verizon.
Personalmente creo que la banda ancha es un servicio de interés general, igual que los transportes públicos, y que, por consiguiente, dentro del modelo social europeo es razonable que la administración pública provea al menos parcialmente dicho servicio.
No obstante, antes de lanzarnos a los brazos de los ayuntamientos, creo que vale la pena hacerse la siguiente pregunta:
¿Qué pasaría si los ayuntamientos proveyesen banda ancha?
Para empezar, ningún alcalde iba a permitir que una empresa privada le arruinase los réditos políticos de la instalación de redes WiFi.
Se crearía una concejalía de control y se haría obligatorio obtener una licencia municipal para obtener un punto de acceso, con multas para los puntos ilegales basadas en alguna excusa que ya se inventaría a su debido tiempo como que los routers con exceso de emisiones hertzianas sin control dañan la salud, o algo por el estilo.
El ayuntamiento crearía una tasa municipal para sufragar los costes del WiFi. Esta tasa sería de pago obligatorio para todo el mundo, no como ahora que le pagas al carrier que quieres/puedes.
Si los ciudadanos empezasen a percibir la disponibilidad de banda ancha como un recurso esencial al nivel de la luz y el teléfono, el ayuntamiento restringiría las licencias de obra en aquellos lugares donde llevar la banda ancha fuese demasiado costoso, o, alternativamente, pondrían algunas excepciones y subterfugios en la ley para evitar tener que poner inmediatamente WiFi a todo hijo de vecino que se construya una casa Dios sabe dónde.
Como el ayuntamiento no es un provedor tecnológico, tendría que seguir subcontratando a los carriers la instalación y mantenimiento del servicio, para evitar, además, ser acusado por los carriers de competencia desleal. Para que la situación fuese aceptable para todos los incumbentes, los ayuntamientos tendría que sacar a concurso público la prestación del servicio WiFi.
En lo que indudablemente Lessig lleva razón es en que los negocios que dependen de forma crítica del ancho de banda, como YouTube, están a merced de los carries. Aunque bien pensado, también Telefónica estaba en posición de que el acceso a Terra fuese imbatiblemente rápido y fiable y ello no les sirvió para nada a la hora de fagocitar el mercado de portales y los buscadores.

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